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Vulcano (latín: Volcānus o Vulcānus) es el dios del fuego, introduciendo el dios del fuego de los volcanes, metalurgia y la forja en la antigua religión y mitología romana. Vulcano suele mostrarse con un martillo de herrero. La Vulcanalia era el festival anual celebrado el 23 de agosto en su honor. Su semejante griego es Hefesto, el dios del fuego y la herrería. En la religión etrusca, se identifica con Sethlans.
Vulcano pertenece a la fase más antigua de la religión romana: Varrón, el viejo erudito y escritor de roma, citando los Annales Maximi, registra que el rey Tito Tacio dedicó altares a una secuencia de deidades, entre aquéllas que se menciona Vulcano.
Etimología
El origen del nombre no está claro. La tradición romana sostuvo que se relacionaba con las expresiones latinas conectadas al rayo (fulgur, fulgere, fulmen), que a la vez se consideraban relacionada con las llamas. Esta interpretación es apoyada por Walter William Skeat en su diccionario etimológico con el significado lustre.
Se ha supuesto que su nombre no era latino, sino relacionado al dios cretense Velchanos, un dios de la naturaleza y el inframundo. Wolgang Meid refutó esta identificación como fabulosa. Mucho más recientemente, esta etimológica ha sido tomada por Gérard Capdeville, que haya una continuidad entre el dios cretense minoico Velchanos y el etrusco Velchans. La identidad del dios minoico sería la de una deidad joven, profesor del fuego y compañero de la Gran Diosa.
Christian Guyovarc propuso la identificación con el nombre irlandés Olcan (Ogámico: Ulccagni, en el genitivo). Vasily Abaev lo compara con el osetio Wærgon, una variación del nombre de Kurdalægon, el herrero de la saga de los Nart. Ya que la forma normal del nombre Kurdalægon es permanente y tiene un concepto claro (kurd herrero+on de la familia+Alaeg nombre de una de las familias nárticas), Dumézil considera esta hipótesis como inaceptable.
Culto
El santuario más viejo de Vulcano en Roma, llamado el Vulcanal, se encontraba situado al pie del Capitolio en el foro de discusión de roma, reconociéndose que databa del periodo de tiempo arcaico de los reyes de Roma y ser predeterminado en el lugar por Tito Tacio, el co-rey sabino, con una fecha clásico del siglo VIII a.C. Era la opinión de los arúspices etruscos que un templo de Vulcano debía situarse fuera de la región, situándose originalmente fuera de los límites de esta antes de que se expandiera para incluir la colina Capitolina. El sacrificio Volcanalia se ofrecía aquí a Vulcano el 23 de agosto. Vulcano asimismo tenía un templo en el campo de Marte, que existía desde el 214 a.C.
Los romanos identificaron a Vulcano con el dios herrero heleno. Vulcano se asoció como su semejante heleno con la utilización constructivo del fuego en la metalurgia. Un fragmento de una cerámica griega encontrada en el Volcanal que exhibe al dios Hefesto se dató del siglo VI a.C., sugiriendo que ambos dioses ahora estaban socios en esta fecha. No obstante, Vulcano tiene una asociación mayor que Hefesto con la aptitud destructiva del fuego y una mayor preocupación de sus adoradores de animar al dios a espantar los fuegos perjudiciales.
Vulcanalia
El festival de Vulcano, Vulcanalia, se celebraba anualmente el 23 de agosto, en el momento en que el calor veraniego aumentaba al límite el peligro de incendio de los cultivos y graneros. A lo largo del festival, se encendían hogueras en honor al dios, el que se lanzaban peces vivos y pequeños animales como sacrificio a fin de que fueran consumidos en lugar de los humanos.
Volcanalia era parte de un ciclo de cuatro festividades de la segunda mitad de agosto (Consualia el 21 de agosto, Volcanalia el 23, Opiconsivia el 25 y Volturnalia el 27) relacionadas con las actividades agrarias de ese mes y en correlación simétrica con aquellas de la segunda mitad de julio (Lucaria el 19 y 21 de julio, Neptunalia el 23 y Furrinalia el 25). Al paso que los festivales de julio trataban con la naturaleza salvaje (bosques) y aguas (Aguas superficiales en Neptunalia y subterráneas en Furrinalia) en una temporada de peligro causada por su relativa deficiencia; aquellas de agosto se dedicaban a los desenlaces de los esfuerzos humanos sobre la naturaleza con el almacenamiento del grano (Consualia) y su relación a la sociedad humana y permisos reales (Opiconsivia), que en esa época estaban en riesgo y requerían protección de los riesgos de la excesiva fuerza de los dos elementos de fuego (Volcanalia) y viento (Volturnalia) reforzados por la sequedad.
Se registró que a lo largo de Vulcanalia, la multitud acostumbraba a colgar sus ropas y telas bajo el Sol. Esta costumbre puede reflejar la conexión teológica entre Vulcano y el Sol divinizado.
Otra costumbre observada en este día requería que debería empezar a trabajarse con la luz de una candela, probablemente para favorecer el uso bueno del fuego. Además, a Volcanalia el 23 de agosto, el 23 de mayo era el segundo de dos Tubilustria o liturgias anuales para la purificación de las trompetas, que eran sagradas para Vulcano.
Los Ludi Volcanalici se festejaron solo una vez el 23 de agosto del 20 a.C. en el precinto del templo de Vulcano, empleando por Augusto para marcar el tratado con Partia y el retorno de los estandartes legionarios que se habían perdido en la guerra de Carras en el 53 a.C.
Un flamen, entre los flamines minores, llamado flamen Volcanalis estaba a cargo del culto del dios. El flamen Volcanalis oficiaba en un sacrificio a la diosa Maya, celebrado anualmente en las calendas de mayo.
Vulcano se encontraba entre los dioses aplacados tras el gran fuego de Roma en el 64 d.C. En respuesta al mismo fuego, Domiciano (emperador: 81-96) estableció un nuevo altar a Vulcano en la colina Quirinal. Al mismo tiempo, se agregaron un ternero colorado y un jabalí colorado a los sacrificios hechos en Vulcanalia, cuando menos en esa zona de la ciudad.
Teología
La naturaleza del dios está conectada con las ideas religiosas sobre el fuego. El término de roma del dios semeja asociarlo tanto con los poderes destructores como fertilizadores del fuego. En el primer aspecto, es venerado en Volcanalia para alejar el riesgo potencial del trigo cosechado. Su culto se sitúa fuera de las fronteras de la región original para evitar el peligro de los fuegos ocasionados por el dios en nuestra ciudad.
Sin embargo, su poder se considera útil si se dirige contra los contrincantes, con lo que la ubicación del culto del dios también puede interpretarse así. Subyace la misma iniciativa en la dedicación de las armas de los enemigos derrotados, así como de aquellos supervivientes en una devoción ritual al dios.
Por medio de la interpretación comparativa, Dumézil lo ha conectado con el tercero o fuego defensivo en la teoría de los tres fuegos sacrificiales védicos. En tal teoría, son preciso tres fuegos para la descarga de una liturgia religiosa: la chimenea del terrateniente, que tiene la función de entablar un referencial en la tierra en esa ubicación precisa conectándolo con el cielo; el fuego sacrificial, que transporta la ofrenda al cielo; y el fuego defensivo, que frecuenta situarse en la frontera sur del espacio sagrado y tiene una función protectora contra las influencias malvadas.
Dado que el territorio de la ciudad de Roma se veía en sí como un templo agrandado, los tres fuegos debían interpretarse como la chimenea del terrateniente en el templo de Vesta (aedes Vestae); los fuegos sacrificiales de cada templo, santuario o altar; y el fuego defensivo en el templo de Vulcano.
Otro concepto de Vulcano se relaciona con el poder fertilizador masculino. En múltiples leyendas latinas y romanas, es el padre de personajes famosos, tal como el fundador de Praeneste, Céculo, Caco, un ser esencial o rey, entonces transformado en un monstruo que habitaba el sitio de la Aventina en Roma, y el rey de roma Serbio Tulio. En una variación de la historia del nacimiento de Rómulo, los detalles son idénticos, si bien no se relata explícitamente a Vulcano.
Ciertos académicos suponen que puede ser un dios desconocido que impregnó a la diosa Fortuna Primigenia en Praeneste y Feronia en Terracina. En un caso así, él sería el padre de Júpiter. Esta opinión entra en enfrentamiento con la que relaciona a la diosa con Júpiter, como su hija (puer Jovis) y asimismo su madre, como primigenia.
En todas las historias mencionadas, el poder fertilizador del dios está relacionado con el fuego de la chimenea del hogar. En la situación de Céculo, su madre fue impregnada por una brasa de la chimenea que cayó en su vientre mientras que se sentaba cerca. La madre de Servio Tulio, Ocresia, fue empapada por un órgano sexual masculino que apareció prodigiosamente en las cenizas de un altar de sacrificio, a las órdenes de Tanaquil, la esposa de Lucio Tarquinio Prisco. Plinio el viejo cuenta exactamente la misma historia, pero afirma que el padre era el Lar familiaris. La divinidad del hijo fue conocida en el momento en que su cabeza se rodeó de llamas y continuó indemne.
A través del análisis comparativo de estos mitos, el arqueólogo Andrea Carandini opina que Caco y Caca eran los hijos de Vulcano y un ser divino o una virgen en el caso de Céculo. Caco y Caca representarían el fuego metalúrgico y doméstico, proyecciones de Vulcano y Vesta.
Estas leyendas datan de la temporada de Latium preurbana. El concepto está bastante claro: al nivel divino, Vulcano impregna una diosa virgen y genera a Júpiter, el rey de los dioses; al nivel humano, empapa a una virgen local (quizás de descendencia real) y genera un rey.
La primera mención de la conexión ritual entre Vulcano y Vesta es el lecticernio del 217 aC. Otros hechos que parecen sugerir esta conexión son la relativa proximidad de los 2 santuarios y el testimonio de Dionisio de Halicarnaso de que ambos cultos fueron introducidos en Roma por Tito Tacio para cumplir un voto que logró en batalla. Varrón confirma este suceso. Vulcano está relacionado con dos diosas del mismo modo viejas: Stata Mater, quizás la diosa que detiene los fuegos, y Maya.
Castigo de Ixión: en el centro está Mercurio manteniendo el caduceo y a la derecha se sienta Juno en su trono. Detrás suya, Iris está de pie y hace un gesto. A su derecha, está Vulcano (figura rubia) de pie tras la rueda, girándola, con Ixión ahora atado a ella. Néfele se sienta a los pies de Mercurio; un fresco romano del muro este del triclinio en casa de los Vettii, Pompeya, cuarto estilo (60-79 d.C).
Herbert Jennings Rose interpreta a Maya como una diosa relacionada con el crecimiento conectando su nombre con la raíz indoeuropea *MAG.[43] Macrobio narra la opinión de Cincio de que la compañera de Vulcano es Maya. Cincio justifica su opinión en base de que el flamen Volcanalis le sacrificaba a ella en las calendas de mayo. En opinión de Piso, la compañera del dios es Maiestas.
También según Gelio, Maya se encontraba relacionada con Vulcano; y apoya su opinión citando las oraciones rituales usadas por los curas romanos. El dios es el patrón del comercio relacionado con los hornos (Cocineros, panaderos, confiteros) como testimonia los proyectos de Plauto, Apuleyo (el dios es el cocinero en la boda entre Amor y Psique) y en el poema corto de Vespa en la Antología latina sobre el litigio entre un cocinero y un panadero.
Hijos
Según las Fábulas de Higino, los hijos de Vulcano son Filamon, Cécrope, Erictonio, Corinetes, Cercioon, Filoto y Esfíntero.
Hipótesis de los orígenes de Vulcano
Gérard Capdeville trazó el origen del dios romano del fuego Vulcano hasta el dios cretense Velchanos, principalmente bajo la sugerencia de la similitud de sus nombres. El Velchanos cretense es un dios joven de origen mediterráneo o de oriente próximo que tiene dominio del fuego y es compañero de la Gran Diosa. Estos aspectos se preservaron en Latium solo en sus hijos, Caco, Céculo, Rómulo y Servio Tulio. En Praeneste, los tíos de Céculo son popular como Digiti, nombre que los conecta con los Dáctilos cretenses.
Su teología se reflejaría en los mitos helenos de Teseo y el minotauro y en aquellos que tratan la niñez de Zeus en el monte Ida. La iniciativa pregriega mediterránea es aparente en la representación de Velchanos como un hombre joven sentándose sobre un árbol en monedas de Fastos del 322 al 300 a.C., mostrándolo como un dios de la vegetación y la primavera: el árbol es el símbolo de la unión de cielo y tierra y su poder generativo, esto es, el lugar de unión de dios y diosa.
Si no, la tierra se simbolizaría como un árbol y el cielo en el hacha doble del dios. Un Velchanos posterior se representaba como un toro como se atestigua en los mitos de Pasífae y Europa. Los helenos malentendieron el concepto del toro, ya que para ellos el símbolo de Zeus era un ave: el gallo, un cuco o el águila. Teseo llevó a Delos un baile llamado géranos (literalmente el baile de la grulla) que Capdeville conecta con Garanos, una variación del Recaranus de mitos itálicos. B. Serget señala que tal investigación precisa incluir el Tarvos Trigaranos (El toro de tres cuernos) de Galia.
En Creta, Velchanos era el dios de las prácticas de iniciación de los jóvenes. Otro reflejo de la tradición del cretense Velchanos-Zeus se hallaría en la argólica en los secretos de Zeus Liceo, que contemplaba la antropofagia y pudo haber inspirado los lupercales itálicos.
El perfil teológico de Velchanos parece idéntico al de Júpiter Doliqueno, un dios de primordial ascendencia hitita en su identificación con el toro, que tenía aspectos sumero-acádicos, arameos y también hitita-hurritas como dios de la tormenta, según, por ejemplo, las indagaciones realizadas en siria por el académico francés Paul Merlat. Su culto disfrutó de un periodo de popularidad en el imperio de roma durante los siglos II y III, teniendo un templo en Roma en la Aventina.
Vulcano y la fundación de Roma
Velchanos era el dios supremo de la religión cretense temprana, donde se atestigua el festival de la βελχάνια (Velchania) así como el mes Ϝελχάνιοσ (Welchanios): un comentario de Hesiquio afirma que «Velchanos es Zeus entre los cretenses».[55] Era el primer dios de la caverna del monte Ida, donde tenía un oráculo, y era honrado asimismo en Chipre.
Su nombre es muy similar al del dios latino Volcano, que era considerado el padre de Céculo y Servio Tulio, sin olvidar a Rómulo en la versión transmitida por Promation, que es muy afín a la leyenda de Serbio.
El principal creador de Roma tenía una íntima relación con este dios, ya que creó el Volcanal y allí dedicó una cuadriga con su escultura tras su primera victoria. También es allí donde parte de la tradición sitúa el sitio de su muerte: el lugar fue marcado por la Lapis Niger: Festo escribe «Niger lapis in Comitio locum funestum significat, ut ali, Romuli morti destinatum». En el día de Volcanalia (23 de agosto), se ofrecía un sacrificio a Hora Quirini, paredra de Quirino con quien se identificó Rómulo.
Como la Consualia se mentó primero en conexión con la fundación de Roma en el episodio del secuestro de la mujer sabina, y Volcanalia se celebraba un par de días después y dos días antes de Opiconsivia, y como el nombre Volcano se recuerda al del antiguo dios cretense honrado en Βελχ?νια que presidía sobre los ritos de iniciación, Consualia debió tener un significado de integración en la ciudadanía. Esto proporciona una explicación para la decisión del festival de la Parilia como la fecha de la fundación de Roma, puesto que es el primero de todos los festivales de los iunores.
Festo redacta: «Parilibus Romulus Vrbem condidit, quem diem festum praecipue habebant iuniores». La fecha del 21 de abril marca el punto de comienzo del proceso de iniciación a los futuros nuevos ciudadanos, que concluía 4 meses después en la ceremonia de Consualia, que implicaba juegos atléticos y matrimonios.
Santuario
El santuario de Vulcano más esencial y viejo era el Volcanal, situado en el área Volcani, un espacio al aire libre al pie del capitolio, en la esquina noroeste del foro de discusión de roma, con una zona dedicada al dios y al fuego perenne. Era uno de los santuarios más antiguos de Roma. Según la tradición romana, el santuario fue dedicado por Rómulo. Fue ubicado en el lugar de una cuádrica de bronce dedicada al dios, un trofeo de guerra de Fidenas. Según Plutarco, la guerra, no obstante, fue contra Cameria, que ocurrió 16 años tras la fundación de Roma.
Allí Rómulo asimismo habría destinado a Vulcano una estatua de sí mismo y una inscripción en letras y números helenos contando sus éxitos. Plutarco asegura que Rómulo fue representado coronado por Victoria. Además de esto, habría plantado un árbol sagrado de loto en el santuario que aún permanecía en la época de Plinio el viejo, diciéndose que era tan viejo como la localidad. Se ha anunciado la hipótesis de que el Volcanal fue fundado cuando el foro de discusión aún se encontraba fuera de los muros de la región.
El Volcanal quizás se usó como rincón de cremación, como recomienda el uso inicial del foro como sitio de enterramiento. Livio lo relata dos veces en el 189 y el 181 a.C., para los prodigios de una lluvia de sangre. El area Volcani probablemente era un locus substructus. Era cinco metros mucho más prominentes que el Comitium y desde allí los reyes y magistrados del comienzo de la república se dirigían al pueblo, frente al edificio de la rostra.
En el Volcanal, había también una escultura a Horacio Cocles, que había sido movido desde el Comitium, locus inferior, una vez que fuera golpeado por un rayo. Aulio Gelio redacta que algunos arúspices fueron llamados para expiar el prodigio y que lo trasladaron a un lugar mucho más bajo, donde no llegaba la luz del sol, lejos de su odio por los romanos. No obstante, se descubrió la estafa y los arúspices fueron ejecutados. Entonces descubrieron que la estatua debía situarse en un lugar mucho más alto, por lo que se situó en el área Volcani.
En el 304 a.C., se edificó un sácielo a Concordia en el área Volcani: fue dedicado por el edil curul Cneo Flavio. Según Samuel Ball Platner, con el pasar de los años, el Volcanal habría sido rodeado por cada vez más edificios hasta que hubiera sido cubierto. Sin embargo, el culto aún permanecía en la primera mitad de la época imperial, como testimonia el descubrimiento de una dedicación a Augusto del 9 a.C.
Al principio del siglo XX, detrás del arco de Septimio Severo se encontraron algunos viejos cimientos calcáreos que probablemente pertenecían al Volcanal y trazas de una interfaz rocosa, de 3,95 metros de longitud y 2,8 metros de ancho, que habría sido cubierta de hormigón y pintada de colorado. En su área superior están excavados múltiples canales estrechos y frente a él hay restos de un canal de drenaje realizado por lápidas calcáreas. Se ha sugerido la hipótesis de que esta era la propia región de Vulcano. La roca muestra señales de daños y reparaciones urgentes.
En el área existen algunos huecos, redondos o cuadrados, que tienen similitudes a tumbas, interpretándose como tal en el pasado, especialmente por Von Duhn. Tras el descubrimiento de tumbas crematorias en el foro, este último sostuvo que el Volcanal era inicialmente el sitio donde se cremaban los cadáveres. Otro templo se erigió al dios antes del 215 a.C. en el campo de Marte, cerca del circo flaminio, donde se festejaban los juegos en su honor durante el festival de Volcanalia.
Vulcano fuera de Roma
En Ostia, el culto del dios, así como sus sacerdotes, era el más importante de la ciudad. Los sacerdotes eran llamados pontifex Vulcani et aedium sacrarum: tenía bajo su jurisdicción todas las edificaciones sagradas en la localidad y podían dar o denegar la autorización para erigir nuevas estatuas de divinidades orientales. Eran seleccionados para toda la vida, quizás por el concilio de decuriones, y su posición era semejante al pontifex maximus de Roma. Era la mayor situación administrativa en Ostia.
Era elegido entre la gente que tenía un cargo público en Ostia o en la administración imperial. El pontifex era la única autoridad que tenía múltiples oficiales inferiores en los que delegar sus deberes, contando con tres pretores y 2 o tres ediles. Estos eran puestos religiosos, diferentes de los puestos civiles de nombre similar. Basado en una inscripción fragmentada encontrada en Annaba (vieja Hippo Regius), se considera viable que el escritor Suetonio tuviese este puesto.
Por Estrabón conocemos que en Pozzuoli había una región llamada en heleno «ágora de Hefesto» (latín: Forum Vulcani). El sitio es una llanura donde se sitúan muchas emanaciones de vapor de azufre (Hoy día Solfatara). Plinio el viejo registra que cerca de Módena, el fuego salía del suelo statis Vulcano diebus, en días fijos dedicados a Vulcano.