Plutón

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Plutón (Heleno: Πλούτων, Ploutōn; latín: Pluto) era el gobernante del inframundo en la mitología clásica. El nombre previo del dios era Hades, que se convirtió en el nombre común del propio inframundo. En la vieja religión y mitología griega, Plutón representa un término más positivo del dios que preside sobre la otra vida. Plutón se combinaba recurrentemente con Pluto (Πλοῦτος, Plutus), un dios de riqueza, por la riqueza mineral encontrada en el subsuelo y porque el dios ctónico Plutón gobernaba sobre la tierra profunda que contenía los elementos necesarios para una cosecha abundante.

El nombre Plutón entró en empleo extendido con los secretos eleusinos, en el que Plutón era venerado como un gobernante severo pero un marido cariñoso con Perséfone. La pareja recibía las almas en la otra vida, siendo invocados juntos en las inscripciones religiosas. En contraste, Hades tenía pocos templos y prácticas religiosas asociadas con él, siendo representado como el sombrío y violento secuestrador de Perséfone.

Plutón y Hades

Aunque Plutón y Hades difieran en personalidad, no son figuras distintas y comparten dos mitos dominantes. En la cosmogonía griega, el dios recibe el gobierno del inframundo en una división en tres partes de la soberanía del mundo, con su hermano Zeus gobernando el cielo y su otro hermano Poseidón gobernando el mar. Su narración central es el rapto de Perséfone para que fuera su esposa y reina de su reino.

El nombre de Plutón como gobernante del inframundo apareció por primera vez en la literatura griega del intervalo de tiempo clásico, en los proyectos de los dramaturgos atenienses y del filósofo Platón, que es la principal fuente griega de su importancia. Bajo su nombre latino, aparece en otros mitos en un papel secundario, por norma general como posesor de un objeto para una misión y singularmente en el descenso de Orfeo u otros héroes al inframundo.

Plūtō (Genitivo Plūtōnis) es la manera latinizada del heleno Ploutōn. El semejante de roma de Plutón es Dis Pater, cuyo nombre suele interpretarse como «Rico Padre», siendo quizás una traducción directa de Ploutōn. Plutón también se identificó con el dios mucho más desconocido Orcus, siendo como Hades el nombre de un dios del inframundo como del sitio. El préstamo griego Plutón se suele emplear para el gobernante de los fallecidos en la literatura latina, llevando a ciertos manuales de mitología a asegurar que Plutón era el semejante romano de Hades. Plutón (Pluton en francés y alemán, Plutone en italiano) se convierte por lo tanto en el nombre más común para el gobernante tradicional del inframundo en la consiguiente literatura occidental y otras maneras de arte.

Hesíodo

El nombre Ploutōn no hace aparición en la literatura griega del intérvalo de tiempo arcaico. En la Teogonía de Hesíodo, los seis hijos de Crono y Presa son Zeus, Hera, Poseidón, Hades, Deméter y Hestia. Los varones se dividen el planeta ingreses reinos. Hades toma por la fuerza a Perséfone de su madre Deméter con el permiso de Zeus. Pluto, «Riqueza», hace aparición en la Teogonía como hijo de Deméter y Yasión: «Este recorre toda la tierra y los anchos lomos del mar y a quien le encuentra, si se echa en sus brazos, le regresa rico y le colma de prosperidad».

La unión de Deméter y Yasión, asimismo descrita en la Odisea, sucedió en un campo en barbecho que había sido arado tres ocasiones, lo que semeja haber sido una mención a la copulación ritual o a la magia simpática para garantizar la fertilidad de la tierra. «La similitud de Pluto a Plutón…», se ha señalado, «no puede ser accidental. Plutón es el señor de los fallecidos, pero como marido de Perséfone tenía serias demandas sobre los poderes de la fertilidad». El hijo de Deméter, Pluto, se combina en la tradición narrativa con su yerno Plutón, redefiniendo al implacable auriga Hades cuyos caballos pisotean la tierra en flor.

Que el dios del inframundo estaba asociado de manera temprana con el éxito de la actividad agrícola ya es visible en Obras y días de Hesíodo, línea 465-469: «Ruega a Zeus subterráneo y a la casta Deméter, con la intención de que maduren los frutos sagrados de ésta. Cuando comiences a labrar, teniendo en la mano el radical de la mancera del arado y pinchando con el aguijón el lomo de los bueyes que arrastran el timón con ayuda de una correa».

Plutón y Pluto

Plutón era entre los nombres eufemísticos de Hades, descrito en la Ilíada como el dios mucho más aborrecido por los mortales. Platón dice que la gente prefiere el nombre Plutón,»dador de riqueza», porque el nombre de Hades hace temor. Se entendía que su nombre refería a»las riquezas sin límites de la tierra, tanto los cultivos en su área -era originalmente un dios de la tierra- como de las minas en su interior». Lo que en ocasiones se toma como una «confusión» entre los 2 dioses Plutón y Pluto («Riqueza») mantenía o adquiría una relevancia teológica en la antigüedad. Como señor de la abundancia o las riquezas, Plutón expresa el aspecto del dios del inframundo que era positivo, simbolizado en el arte como el»cuerno de la abundancia» (cornucopia), por el que Plutón se distingue del lóbrego Hades.

El poeta romano Enio (ca. 239-169 a.C.), la figura líder en la helenización de la literatura latina, consideró a Plutón un dios de roma comprendido en los términos de los equivalentes romanos Dis Pater y Orcus. No está claro si Plutón tenía una presencia literaria en Roma antes que Enio. Algunos académicos suponen que los rituales y opiniones referentes a Plutón entraron en la civilización romana con el establecimiento de los Juegos Seculares en el 249 a.C., y que Dis Pater era solo una traducción de Plutón. A mediados del siglo I a.C., Cicerón identifica a Plutón con Dis, explicando que «La tierra y su poder y abundancia es sagrado para Padre Dis, un nombre que es igual que Dives,»El rico», como el griego Plutón. Así sucede porque todo nace de la tierra y regresa a ella de nuevo».

Durante el intervalo de tiempo imperial romano, el geógrafo griego Estrabón (siglo I d.C.) hace la distinción entre Plutón y Hades. En las escrituras de la riqueza mineral de la vieja Ibera (España romana), afirma que, entre los turdetanos, está «Plutón, y no Hades, que habita la región inferior». En el discurso Sobre el luto del creador heleno Luciano (Siglo II d.C.), la»riqueza» de Plutón son los muertos sobre los que gobierna en el abismo (Chasma); el nombre Hades se reserva para nuestro inframundo.

Otras identificaciones

En la práctica religiosa griega, Plutón se ve a veces como el «Zeus ctónico» (Zeus Chthonios o Zeus Catachthonios), o por lo menos con funciones o importancia equivalente a aquellas de Zeus, pero correspondientes a la tierra o al inframundo. En la antigua religión romana y helenística, Plutón fue reconocido con múltiples deidades, incluyendo Summanus, el dios del trueno nocturno; Februus, el dios romano cuyos ritos de purificación dieron nombre por mes de febrero; el dios sincrético Serapis, considerado el equivalente egipcio de Plutón; y el dios semítico Mut (Μούθ). Filón de Biblos describió a Mut como el semejante tanto de Tánatos (muerte encarnada) como Plutón. Los antiguos helenos no consideraban a Plutón como la»muerte» en sí.

Mitología

El mito mejor popular que supone a Plutón o Hades es el secuestro de Perséfone, asimismo conocida como Kore («la doncella»). Las ediciones literarias más antiguas del mito son una corto mención en la Teogonía de Hesíodo y la narración extendida del Himno homérico a Deméter; en las dos obras, el gobernante del inframundo es llamado Hades («el oculto»). Hades es una figura indolente, enfatizándose la negada renuencia de Perséfone. El uso creciente del nombre Plutón en las inscripciones religiosas y textos literarios refleja la predominación de los misterios eleusinos, que trataban a Plutón y Perséfone como una pareja divina que recibía a los iniciados en la otra vida; como tal, Plutón se disoció del»secuestrador violento» de Kore. 2 proyectos tempranas que dan al dios secuestrador el nombre de Plutón son la mitografía griega comúnmente famosa como Biblioteca de Apolodoro (Siglo I a.C.) y las Fábulas latinas de Higino (ca. 64 a.C.-17 dC).

La versión mucho más influyente del mito del secuestro es la de Ovidio (17-18 d.C.), que cuenta la historia tanto en Metamorfosis (Libro V) como en Fastos (Libro IV). Otra narración esencial, asimismo en latín, es el largo poema inacabado De raptu Proserpinae («Sobre el secuestro de Proserpina«) por Claudiano (404 d.C.). Ovidio emplea el nombre Dis, no Plutón, en estos dos pasajes, al paso que Claudiano solo usa Plutón una vez; Sin embargo, los traductores y editores proporcionan el familiar»Plutón» cuando hace aparición otro epíteto en el artículo original. El mito del secuestro era un tema popular en el arte griego y romano, y recurre en el arte y literatura occidental, donde el nombre «Plutón» se vuelve común.

Los detalles narrativos de la influencia de Ovidio y Claudiano influyen las versiones siguientes, donde el secuestrador es llamado Plutón, singularmente la función de Venus y Cupido al manejar a Plutón con amor y deseo. A través de la Edad Media y el Renacimiento, y claramente en la época de la influyente Mythologiae de Natale Conti, las tradiciones correspondientes a los diferentes gobernantes del inframundo tradicional confluyeron en una sola mitología que hacía escasas distinciones entre Hades, Plutón, Dis y Orcus.

Descendencia

A diferencia de sus hermanos Zeus y Poseidón que procrean libremente, Plutón es monógamo y ocasionalmente diríase que tenga hijos. En los contenidos escritos órficos, se dice que la ninfa ctónica Melínoe es la hija de Perséfone con Zeus disfrazado de Plutón, y las Euménides («bondadosas») son la descendencia de Perséfone y Zeus Chthonios, a veces reconocido con Plutón. El poeta augusto Virgilio afirma que Plutón es el padre de Alecto la Furia, a quien odia. La carencia de una distinción clara entre Plutón y»Zeus ctónico» hace difícil la pregunta sobre si en varias tradiciones, ahora desconocidas, Perséfone engendró hijos con su marido.

A finales del siglo IV d.C., la épica claudiana del secuestro incentiva a Plutón con el deseo de hijos. No obstante, el poema está inacabado, perdiéndose cualquier cosa que Claudiano supiera de estas tradiciones, pero ni los nombra ni enume Justino Mártir (siglo II d.C.) alude a los hijos de Plutón. Hesiquio (siglo V d.C.) relata un»hijo de Plutón». En su mitografía del siglo XIV, Boccaccio registra una tradición en el que Plutón era el padre de la personificación divina Veneratio («Veneración»), señalando que no tenía madre pues Proserpina (nombre latino de Perséfone) era estéril.

En La reina hada (Década de 1590), Edmun Spenser inventa una hija para Plutón que llama Lucifera. El nombre del personaje se toma de la mitografía del siglo XVI de Natale Conti, que usó la traducción latina del heleno phosphor,»portador de luz», un epíteto propio de Hécate. Spenser incorporó aspectos de los secretos en La reina hada.

Plutón y Orfeo

Orfeo se consideraba el fundador y profeta de los misterios llamados»órficos», «dionisiacos» o»báquicos». Mitificado por su habilidad de reposar animales y árboles con su música, asimismo se le acreditó en la antigüedad con la autoría de las letras que han subsistido de los Himnos órficos, entre ellos el himno a Plutón. La voz de Orfeo y su lira representaban un medio de revelación o conocimiento superior para los cultos mistéricos.

En el mito central, Orfeo visita el inframundo con la promesa de recobrar a su esposa, Eurídice, apoyándose en el poder de su música para encantar al rey y reina de Hades. La narración griega del descenso de Orfeo y actuación nombran típicamente al gobernante del inframundo como Plutón, como el ejemplo de Biblioteca. El mito demuestra la importancia de Plutón»el rico» como posesor del objeto de la misión. Orfeo actuando frente Plutón y Perséfone era un tema común de la literatura y arte occidental viejos y tardíos, y entre los temas mitológicos más esenciales de la tradición clásica.

La demostración del poder de Orfeo depende de la obstinación de Plutón; el poeta augusto Horacio lo describe incapaz de plañir. Sin embargo, Claudiano exhibe al acerado dios cediendo a la canción de Orfeo por el que»con túnica de hierro se limpia sus lágrimas» (ferrugineo lacrimas deterget amictu), una imagen renovada por Milton en Il Penseroso (106-107):»Tales notas…/vertieron lágrimas de hierro por la mejilla de Plutón».

El escritor heleno Luciano (ca. 125 -después del 180 d.C.) recomienda que el cariño de Plutón por su esposa dio al gobernante del inframundo una simpatía o percepción especial en los amantes separados por la desaparición. En entre los Diálogos de los muertos de Luciano, Plutón pregunta a Protesilao, el primer héroe heleno matado en la guerra de Troya, que desea volver al mundo de los vivos:»¿Estás enamorado de la vida?», pregunta Plutón.»De semejantes amantes tenemos aquí abundantemente; pero adoran un objeto, que ninguno de ellos puede obtener». Protesilao explica, como Orfeo, pero, al contrario, que él dejó a una muchacha novia a quien el recuerdo de él ni las aguas del olvido de Lete podrían borrar.

Plutón le asegura que la desaparición los reunirá cualquier día, pero Protesilao discute que el propio Plutón debería entender el amor y su impaciencia, recordándole al rey su concesión a Orfeo y a Alcestis, quien tomó el sitio de su marido en la muerte y le fue permitida, a insistencia de Heracles, devolvérsela. En el momento en que Perséfone intercede por el guerrero fallecido, Plutón entrega al guerrero la solicitud a la vez, si bien dando permiso solo un día para la asamblea.

Misterios y culto

Conforme Plutón ganaba relevancia como la personificación de la riqueza agrícola en los secretos eleusinos, del siglo V a.C. de ahora en adelante, el nombre Hades se reservó de manera creciente para el inframundo como sitio. Ni Hades ni Plutón eran tradicionalmente uno de los 12 Olímpicos, pareciendo que Hades recibiera un culto limitado, quizás solo en Elis, donde se abría anualmente el templo. Durante la temporada de Platón, los atenienses honraron periódicamente al dios llamado Plutón con el»esparcimiento de sofá» (tên klinên strôsai). En Eleusis, Plutón tenía sus sacerdotisas. Plutón era venerado con Perséfone como pareja divina en Cnidos, Éfeso, Mitilene y Esparta, tal como Eleusis, donde simplemente era popular como Dios (Theos) y Diosa (Thea).

En los contenidos escritos rituales de las religiones mistéricas preservadas por las llamadas tablillas de oro órficas y báquicas, del siglo V aC. de ahora en adelante, el nombre Hades aparece más frecuentemente que Plutón, pero en mención al lugar subterráneo: Plutón es el gobernante que preside en él en armoniosa compañía de Perséfone. A finales del siglo IV a.C., el nombre Plutón aparece en inscripciones métricas griegas. Dos tablillas fragmentadas agradecen tanto a Plutón como a Perséfone, mostrándose la pareja junta, y apareciendo además como figuras agradables en un epitafio métrico:

Se que incluso bajo la tierra, si en verdad hay una recompensa para los justos, el primer y mejor de los honores, cuidadora, debe ser tuyo, al lado de Perséfone y Plutón.

Hesiquio identifica a Plutón con Eubuleo, pero otras fuentes viejas distinguen entre estas dos deidades del inframundo. En los misterios, Eubuleo tiene la función de porta antorcha, posiblemente un guía para el retorno del iniciado. En opinión de Lewis Richard Farnell, Eubuleo era inicialmente un título mencionado el»buen consejo» que el gobernante del inframundo era con la capacidad de ofrecer y que era buscado por los oráculos oníricos de Plutón; sin embargo, para el siglo II a.C., había conseguido una identidad separada.

Himno órfico a Plutón

El himno órfico a Plutón se dirige al dios como de»espíritu fuerte» y el»receptor total» que dirige la muerte y es el amo de los fatales. Sus títulos eran dados como Zeus Chtonios y Euboulos («Buen consejo»). En la topografía del himno, la morada de Plutón está en el Tártaro, simultáneamente una»pradera» y»densa sombra y oscura», donde Aqueronte circunda»las raíces de la tierra». Hades es de nuevo el nombre del sitio, aquí descrito como»sin viento», y sus puertas, por las que Plutón transporta a»la pura hija de Deméter» como su novia, están ubicados en una gruta ática en el distrito de Eleusis. La ruta de la pradera de Perséfone a Hades cruza el mar. El himno concluye:

Tú solo naciste para evaluar actos oscuros y conspicuos. El gobernante más sagrado e ilustre gobernante de todos, dios frenético, te deleitas en el respeto y reverencia del adorador. Ven con favor y alegría tus iniciados. Te invoco.

El himno concluye: El himno pertenece a los múltiples ejemplos de oración grecorromana que expresa un deseo por la existencia de una deidad, y ha sido comparada con una epíclesis similar en los Actos de Tomás.

Invocaciones mágicas

Los nombres tanto de Hades como de Plutón se muestran en el papiro mágico heleno y en las tablillas de maldición, con Hades refiriéndose normalmente al inframundo como rincón y Plutón siendo invocado como compañero de Perséfone. Cinco tablillas de maldición latinas de Roma, datando de mediados del siglo I a.C., garantizan a Perséfone y Plutón una ofrenda de»dátiles, higos y un cerdo negro» si la maldición se cumple en la fecha determinada. El cerdo era un animal característico de sacrificio de deidades ctónicas, cuyas víctimas la mayoría de las veces eran de color negro.

Un grupo de tablillas de maldición escritas en griego dórico y encontradas en una tumba se dirige a Pasianax,»Señor de todo», en ocasiones interpretado como un título de Plutón, pero considerado mucho más recientemente como un nombre mágico para un cadáver. Pasianax se encuentra en otros sitios como un epíteto de Zeus, o en las tablillas puede invocar a un daimon como Abraxas.

Santuarios de Plutón

Un santuario dedicado a Plutón era llamado ploutonion (latín: Plutonium). El completo en Eleusis para los misterios tenía un ploutonion considerado el lugar de nacimiento del niño divino Pluto, en otro ejemplo de combinación o íntima asociación entre 2 dioses. Las inscripciones griegas registran un altar de Plutón, que iba a ser»enlucida», es decir, resurgido para una exclusiva ronda de sacrificios en Eleusis. Uno de los ploutonia populares se encontraba en la arboleda sagrada entre Trales y Nisa, donde se ubicaba un templo de Plutón y Perséfone.

Los visitantes procuraban curación y oráculos oníricos. El ploutonion en Hierápolis, Frigia, se encontraba conectado a los ritos de Cibeles, pero durante la era imperial romana, fue incorporado al culto de Apolo, como confirmó las indagaciones arqueológicas durante la década de 1960. Asimismo, era un oráculo onírico. Se pensaba que los vapores indicaban una puerta al inframundo. En Italia, Averno se consideraba la entrada al inframundo que generaba vapores tóxicos, pero Estrabón parecía no pensar que fuera un ploutonion.

En escenas eleusinas

Kevin Clinton procuró distinguir la iconografía de Hades, Plutón, Pluto y los misterios. En el esquema de Clinton, Plutón es un hombre maduro, a veces canoso; Hades también tiende a ser maduro y con barba, pero se enfatiza su obscuridad en sus especificaciones literarias, representado en el arte con pelo obscuro. El atributo más frecuente de Plutón es el cetro, pero también a veces sujeta una cornucopia rebosante; Hades sostiene en ocasiones un cuerno, pero se representa sin contenido, entendiéndose como un cuerno de tomar. En contraste a Plutón, Hades jamás mantiene atributos agrarios como tallos de grano.

Su pecho suele estar desvisto o cubierto medianamente, al tiempo que Plutón lleva una túnica que lo cubre (no obstante, el creador admite salvedades). Plutón está en pie, en ocasiones en compañía de Deméter y Kore, o a veces con entre las diosas, pero Hades casi siempre se sienta o reclina, comúnmente con Perséfone mirándole. Continúan la»confusión y el conflicto» sobre la interpretación de estas imágenes.

Las llaves de Plutón

Los atributos de Plutón nombrados en el Himno órfico a Plutón son su cetro, llaves, trono y caballos. En el himno, las llaves están conectadas a su capacidad de dar riqueza a la raza humana, particularmente la riqueza agrícola de»las frutas cada un año».

Pausanias explica la importancia de la llave de Plutón al detallar el pecho de cedro estupendamente tallado en el templo de Hera en Elis. Se representan varias deidades, con un panel reuniendo a Dionisio, Perséfone, las ninfas y Plutón. Plutón mantiene una llave pues»dicen que lo que llaman Hades fue cerrado por Plutón, y que absolutamente nadie volverá nuevamente de allí». Natale Conti cita a Pausanias señalando que las llaves son un atributo de Plutón como el cetro lo es de Jove (Zeus) y el tridente de Neptuno (Poseidón).

En Eleusis, los sacerdotes colocaban una llave dorada (chrusea klês) en la lengua de los iniciados en Eleusis y era un símbolo de la revelación que estaban obligados a sostener en secreto. Una llave está entre los atributos de otras deidades infernales, como Hécate, Anubis y Perséfone, y de esos que actúan como guardianes o protectores del tiempo, como Jano y Eón. Éaco (Aiakos), uno de los tres reyes mortales que se transformaron en jueces en la otra vida, asimismo es un kleidouchos (κλειδοῦχος),»portador de las llaves», y portero sacerdotal en la corte de Plutón y Perséfone.

Vegetación y color

Según el filósofo estoico Cornuto (siglo I d.C.), Plutón llevaba una corona de phasganion, frecuentemente llamada xiphion, identificada comúnmente como un tipo de gladiolo. Dioscórides registró usos medicinales para la planta. Para extraer aguijones y púas, el xiphion se mezclaba con vino e incienso para crear una cataplasma. La planta también se usaba como afrodisíaco y anticonceptivo. Medraba en lugares húmedos. En un pasaje poco popular, Cornuto parece conectar la utilización de Plutón del phasfanion con la etimología para Averno, que proviene de la palabra para»aire, quizás mediante alguna asociación con el color glaukos,»gris azulado»,»verdoso» o»color del mar», que describiría las hojas de la planta. Como el color describiría el cielo, Cornuto acostumbra ofrecerle connotaciones divinas. La hermana gemela de Plutón fue llamada Glauce.

La ambigüedad del color es característico de Plutón. Aunque tanto él como su reino se describen como oscuro, negro o sombrío, a veces, el dios se ve como pálido. Marciano Capella (Siglo V) lo describe tanto»cada vez más pálido en la sombra, un fugitivo de la luz» y activamente»vertiendo tinieblas en la penumbra de la noche tartárea», coronado con una corona hecha de ébano tan adecuada para el reino que rige. Los caballos de Plutón tienden a ser negros, pero Ovidio los describe como cerúleos (caeruleus, de caelum,»cielo»), que puede ser azul, azul verdoso o azul obscuro.

El mitógrafo del renacimiento Natale Conti afirma que las coronas de narciso, el culantrillo (Adiantum) y el ciprés se entregaban a Plutón. En el Himno homérico a Deméter, Gea (Tierra) produjo el narciso a solicitud de Zeus como trampa para Perséfone; en el momento en que ella lo agarra, se abre un abismo y la atrapa el»anfitrión de muchos» (Hades). Las coronas de narciso se utilizaban en tiempos viejos para coronar a Deméter y Perséfone, tal como a las Furias (Euménides). La flor estaba asociada con la estupefacción narcótica (narkê,»torpor»), fascinación erótica y muerte inminente; soñar con coronarse a uno mismo con narciso era un mal augurio. En el mito de Narciso, la flor es construída en el momento en que un hermoso joven presumido repudia la sexualidad y está condenado al coche -amor perpetuo en el Estigia.

La inclusión del adianthus (Adiantum en la nomenclatura actualizada) de Conti era menos directa. El nombre, que significa»no mojar» (heleno: Adianton), se interpretaba en la antigüedad como una mención a la capacidad del culantrillo de repeler el agua. La planta, que crecía en sitios húmedos, también se llamaba capillus veneris,»cabello de Venus», divinamente seco en el momento en que surgía del mar. El historiador de la meidina John M. Riddle ha sugerido que el adianthus era uno de los culantrillos que Dioscórides llamaba asplenon y prescribía como anticonceptivo (atokios). La asociación de Proserpina (Perséfone) y el culantrillo es aludida por Samuel Beckett en el poema de 1946, en el que el yo es una gruta platónica con capillaires, francés tanto para»culantrillos» como»capilares».

El casco de invisibilidad

La Biblioteca de Pseudo-Apolodoro usa el nombre de Plutón en vez de Hades en relación a la división tripartita de la soberanía, el secuestro de Perséfone y la visita de Orfeo al inframundo. Esta versión de la teogonía prosigue en la mayoría de los casos a Hesíodo, pero añade que los tres hermanos recibieron cada uno de ellos un regalo de los cíclopes para emplear en su batalla contra los gigantes: Zeus el trueno y el rayo; Poseidón un tridente; y Plutón un casco (kyneê)

El casco que recibe Plutón es presumiblemente el yelmo de invisibilidad (aidos kyneê), pero Biblioteca es la única fuente antigua que afirma explícitamente que pertenecía a Plutón. Se estima que el juego con las palabras de aidos, «invisible», y Hades enseña la atribución del casco al gobernante del inframundo, en tanto que ninguna narración antigua registra su empleo o posesión. Autores siguientes como Rabelais (s. XVI) atribuyen el casco a Plutón, usándolo para referirse a esos que esconden su auténtica naturaleza a través de un astuto dispositivo. Francis Bacon señala la utilización proverbial:»el casco de Plutón, que hace al hombre político volverse invisible, es secreto en el consejo y celeridad en la ejecución».

Bidente

No se puede decir con seguridad que alguna imagen antigua del gobernante del inframundo lo muestre con un bidente, si bien la punta decorada de su cetro ha podido ser tergiversado a veces como uno. En el planeta romano, el bidente (de bi-,»dos»+ dent-,»dientes») era un apero agrícola. Puede representar también entre los tres tipos de rayos portados por Júpiter, el equivalente romano de Zeus y el etrusco Tinia. La noción posterior de que el gobernante del inframundo utilizaba un tridente o bidente puede trazarse quizás a la línea de Hércules furens («Hércules enfurecido») de Séneca, en el que Dis Pater, el semejante romano de Plutón, usa su lanza de tres puntas para alejar a Hércules mientras procura invadir el inframundo. Séneca llama a Dis el «Jove infernal» o el «Jove desastroso» (El Jove que da catástrofe o pésimos vaticinios, dirae), de la misma manera que la tradición griega, Plutón en ocasiones se identifica con un «Zeus ctónico». El tridente y el bidente tienen la posibilidad de ser, de alguna manera, remplazables, como sugiere un escoliasta bizantino, que relata a Poseidón armado con un bidente.

En la Edad Media, las figuras tradicionales del inframundo empiezan a ser mostradas con horcas. Los primeros escritores cristianos han identificado el inframundo clásico con el infierno, siendo sus pobladores diablos o diablos. En el renacimiento, el bidente se transformó en el atributo convencional de Plutón. En un influyente mural de techo mostrando la boda de Cupido y Psique, pintada por el taller de Rafael en la Villa Farnesina en 1517, Plutón se muestra manteniendo un bidente, con Cerbero a su lado, mientras que Neptuno mantiene un tridente. Quizás, influenciado por esta obra, Agostino Carraci mostró originalmente a Plutón con un bidente en su dibujo preparatorio para su pintura Plutón (1592), donde el dios acabó manteniendo su característica llave. En Giove, Nettuno y también Plutone (ca. 1597) de Caravaggio, un mural de techo apoyado en la alegoría alquímica, es Neptuno quien mantiene el bidente.

En la literatura y filosofía griega

El nombre Plutón es usado por vez primera en la literatura griega en los proyectos atenienses. En la comedia de Aristófanes, Las ranas (Batrachoi, 405 a.C.), en que»el coloreado eleusianos es, de hecho, tan penetrante», el gobernante del inframundo es uno de los individuos, bajo el nombre de Plutón. La obra exhibe un falso simulacro al inframundo del dios Dionisio para traer de vuelta a uno de sus dramaturgos trágicos con la promesa de recobrar la vieja gloria del teatro ateniense. Plutón es una presencia silenciosa en el escenario en torno a 600 líneas, presidiendo un certamen de dramaturgos, anunciando entonces que el ganador tiene el privilegio de regresar al mundo superior. La obra también toma opiniones y también imágenes de los cultos órficos y dionisiacos, y rituales correspondientes a Pluto (Plutus,»riqueza»). En un fragmento de otra obra de Aristófanes, un personaje»está cantando graciosamente de los detalles geniales de estar muerto», preguntando en mención a la tripartición de la soberanía de todo el mundo:

¿Y dónde piensas que Plutón toma su nombre [es decir,»rico»], si no es porque tomó la mejor porción? ¿Qué mejores son las cosas abajo que las que posee Zeus?

Para Platón, el dios del inframundo era»un agente en [el] beneficioso período de la desaparición y el renacimiento» mereciendo trabajar bajo el nombre de Plutón, un dador de riqueza espiritual. En el diálogo Crátilo, Platón tiene a Sócrates explicando la etimología de Plutón, diciendo que Plutón da riqueza (ploutos), y su nombre significa»donación de la «riqueza» (ploûtos), dado que la riqueza sale de debajo de la tierra». Dado que el nombre Hades se interpreta como»el invisible», la multitud teme lo que no puede ver; aunque se equivocan en la naturaleza del poder de esta deidad, dice Sócrates,»el oficio y el nombre del dios verdaderamente no corresponden»:

Este dios es un cumplido sofista y un gran bienhechor de quienes con él están. ¡Él, que tantos bienes envía a los de aquí: tan varios son los que le sobran allí! Así que, en razón de esto, recibió el nombre de Ploútōn. Al tiempo, el no querer convivir con los hombres mientras tienen cuerpo; el convivir cuando el alma se encuentra purificada de todos los males y apetitos del cuerpo ¿no te semeja que es propio de un pensador y de quien tiene bien pensado que, de esta forma, podrá retenerlos encadenándolos con el deseo de virtud, pero que, mientras poseas el aturdimiento y disparidad del cuerpo, ni siquiera Cronos, su padre, podría retenerlos atándolos con las ligaduras 75 que le atribuye la historia de historia legendaria?

Dado que»la unión del cuerpo y el alma no es mejor que la pérdida», la muerte no es un mal. Walter Burkert ve por lo tanto a Plutón como»dios de disolución». Entre los títulos de Plutón se encontraba Isodaitēs, «dividido en porciones iguales», un título que lo conecta con las diosas del destino, las Moiras. Isodaités asimismo era un título de culto de Dionisio y Helios.

Disponiendo su ciudad ideal, Platón propuso un calendario en el que Plutón era honrado como benefactor del duodécimo mes, situándolo implícitamente como entre las doce principales deidades. En el calendario ático, el duodécimo mes, más o menos semejante a junio, era esciroforión; el nombre puede estar conectado a la violación de Perséfone.

Teogonías y cosmología

En la teogonía de Evémero (siglo IV a.C.), los dioses eran tratados como gobernantes mortales cuyas hazañas fueron inmortalizadas por la tradición. Enio tradujo a Evémero al latín un siglo después, siendo un pasaje de su versión preservado por el escritor cristiano temprano Lactancio. Aquí, la unión de Saturno (el semejante romano de Crono) y Ops, una diosa itálica de la abundancia, produce a Júpiter (griego: Zeus), Juno (Hera), Neptuno, Plutón y Glauce:

Entonces Saturno tomó a Ops como mujer. Titán, el hermano mayor, pidió la corona para sí. Vesta su madre, con sus hermanas Ceres [Deméter] y Ops, persuadieron a Saturno de no ofrecer pie a su hermano en el tema.

Titán era menos atrayente que Saturno; por esa razón, y también porque él podía ver a su madre y hermanas trabajando para poseerlo de esta manera, concedió el reinado a Saturno, y alcanzó un acuerdo con él:

Si Saturno tenía un varón, no sería criado.

Esto se realizó para asegurar la reversión de la corona en los hijos de Titán. Entonces ellos mataron al primer hijo nacido de Saturno. Entonces vinieron los gemelos, Júpiter y Saturno.

Juno fue entregada a Saturno para que la viese, mientras que Júpiter fue quitado en misterio y dado a Vesta para que lo criara sin el conocimiento de Saturno. Del mismo modo sin saberlo Saturno, Ops engendró a Neptuno y lo ocultó. En su tercer parto, Ops engendró un tercer par de gemelos, Plutón y Glauce (Plutón en latín es Dis Pater; algunos le llaman Orcus). A Saturno le fue mostrada su hija Glauce pero su hijo Plutón fue oculto y retirado. Glauce entonces murió joven. Ese es la estirpe, como escriben, de Júpiter y sus hermanos; es así como han pasado a nosotros en la sagrada escritura.

En esta teogonía, que Enio ingresó en la literatura latina, Saturno, «Titán», Vesta, Ceres y Ops son hermanos; Glauce es la gemela de Plutón que muere misteriosamente joven. Hay múltiples figuras mitológicas llamadas Glauce; la hermana de Plutón puede ser la Glauce que, en el relato de Cicerón de los tres aspectos de Diana, concibió el tercero con el del mismo modo misterioso Upis. Esta es la genealogía para Plutón que Boccaccio usó en su Genealogia Deorum Gentilium y en sus lecturas explicando la Divina comedia de Dante.

En el libro III de los Oráculos sibilinos, datando en la mayoría de los casos del siglo II d.C., Rea da a luz a Plutón mientras que pasa por Dodona, «donde fluían los caminos acuosos del río Europo, y el agua corría al mar, combinado con el río Peneo. Este también es llamado río Estigio».

Sistemas órficos y filosóficos

Las teogonías órficas variaron notoriamente, influyendo la cosmogonía órfica las distintas teogonías gnósticas de la antigüedad tardía. La literatura clementina (siglo IV d.C.) guarda una teogonía con predominación órfica explícita que asimismo toma de Hesíodo, generando una esfera generativa, el»huevo» del que nace la entidad órfica primitiva Fanes y se forma el mundo. La liberación de Fanes y su ascenso a la cumbre celestial del huevo-planeta causa que la materia restante en la esfera se asiente en relación al peso, creando el planeta tripartido de las teogonías tradicionales.

En la parte de abajo, el elemento mucho más pesado, se hunde abajo, y es llamado Plutón por su gravedad, peso, y considerable suma (pléthos) de materia. Tras la separación de este pesado elemento en la parte media del huevo el agua fluye unida, que llaman Poseidón. El elemento más puro y noble, el fuego, es llamado Zeus, porque su naturaleza es refulgente (ζέουσα, zeousa). Vuela directo al aire, y eleva el espíritu, en este momento llamado Metis, que quedaba en la humedad subyacente. Y cuando este espíritu alcanzó la cumbre del éter, es devorado por Zeus, que a su vez engendra el intelecto (σύνεσις, sunesis), también llamada Pallas. Y por esta inteligencia artística, el artífice etéreo crea el planeta terminado. Este planeta está rodeado de aire, que se extiende de Zeus, el éter muy caliente, a la tierra; este aire es llamado Hera.

Esta cosmogonía interpreta a Hesíodo alegóricamente, y el elemento más pesado no se identifica con la Tierra, sino como el inframundo de Plutón (En la geoquímica moderna, el plutonio es el elemento primordial más pesado). Las presuntas etimologías se utilizan para ofrecer sentido a la relación del proceso físico al nombre divino; Plutón se conecta aquí con pléthos (Abundancia).

En el sistema estoico, Plutón es representado en las zonas mucho más bajas del aire, donde según Séneca (siglo I d.C.), el alma padece un género de purgatorio antes de ascender al éter. El contemporáneo de Séneca, Cornuto, usó la etimología clásica del nombre de Plutón para la teología estoica. Los estoicos pensaban que la manera de una palabra contenía la verdad original de su significado, que transcurrido un tiempo podía corromperse u ocultarse. Plutón derivaba de ploutein,»ser rico», decía Cornuto, por el hecho de que»todas y cada una de las cosas son corruptibles y por consiguiente son «finalmente consignadas a él como su propiedad»».

En las tradiciones pitagóricas y neoplatónicas, Plutón fue alegorizado como la zona donde se purificaban las ánimas, situada entre la Luna (como representaba Perséfone) y el Sol. Los neoplatonistas interpretaban a veces los secretos eleusinos como una fábula del fenómeno celestial:

Los autores cuentan la fábula de que Ceres era la madre de Proserpina, y que Proserpina mientras que jugaba un día, fue violada por Plutón. Su madre la procuró con antorchas encendidas; y fue decretado por Júpiter que la madre debería tener a su hija quince días al mes, pero Plutón por el resto, los otros quince. Esto no es solamente que el nombre de Ceres solía representar la tierra, llamada Ceres en analogía con crees («tú puedes hacer»), pues todas y cada una de las cosas son creadas de ella. Por Proserpina significa la Luna, y su nombre es una analogía con prope serpens («crepitaciones cerca»), por el hecho de que está más cerca de la tierra que los otros planetas. Ella es llamada la hija de la tierra, porque su sustancia tiene más de la tierra en ella que de los otros elementos. Por Plutón se entiende la sombra que en ocasiones esconde la Luna.

Plutón Helios

Una inscripción dedicatoria de Smyrma describe el santuario del siglo I-II a»Dios mismo» como el mucho más exaltado de un conjunto de seis deidades, incluyendo esculturas vestidas de Plutón Helios y Koure Selene, «Plutón el Sol» y»Kore la Luna». El estado de Plutón y Kore como pareja divina está señalada por lo que el texto describe como una»cortina nupcial bordada en lino». Los 2 están situados como novia y novio en un templo cerrado, separados de las otras deidades veneradas en el santuario.

Plutón Helios se menciona en otras fuentes literarias en conexión con KOoure Selene y Helios Apollon; el Sol en su curso nocturno se veía a veces como viajando por el inframundo en su retorno por el este. Apuleyo describe un rito en el que el Sol aparece a medianoche a los iniciados en las puertas de Proserpina; se ha sugerido que este Sol de medianoche logre ser Plutón Helios…

Se ha discutido que el santuario se encontraba en la guarida de la sodalidad o «hermandad» pitagórica. La relación de las creencias órficas con la rama mística del pitagorismo, o de estos con el platonismo o neoplatonismo, es compleja y muy debatida.

Plutonius

En la temporada helenística, el título o epíteto Plutonius se frecuenta juntar a los nombres de otras deidades. En el Corpus hermeticum, Júpiter Plutonius «rige sobre la tierra y el mar, y es él quien alimenta a los seres mortales que tienen un alma y dan fruto».

En la Alejandría ptolemaica, en el lugar de un oráculo onírico, Serapis fue identificado con Eón Plutonius. Gilles Quispel conjeturó que esta figura resulta de la integración del Fanes órfico en la religión mitraica de Alejandría, y que»asegura la eternidad de la región», donde el nacimiento de Eón era festejado en el santuario de Kore el 6 de enero. En latín, Plutonius puede ser un adjetivo que significa sencillamente» de o correspondiente a Plutón».

Demiurgo neoplatónico

El neoplatonista Proclo (s. V d.C.) consideró a Plutón el tercer demiurgo, un demiurgo sublunar que asimismo se identificaba con Poseidón y Hefesto. Esta idea está que se encuentra en el neoplatonismo renacentista, como en la cosmología de Marsilio Ficino (1433-1499), que tradujo los textos órficos al latín para uso propio. Ficino veía al demiurgo sublunar como»un sofista «policéfalo» daemónico, un mago, un cautivador, un creador de imágenes y reflejos, un cambiaformas de sí mismo y de otros, un poeta en la manera de ser y no ser, un Plutón real». La figura demiúrgica identificada con Plutón asimismo es»«un purificador de ánimas» que preside sobre la magia del amor y la generación y que utiliza el contra-arte para burlarse, pero asimismo… para complementar, el arte icástico divino o realmente imitativo del sublime demiurgo translunar».

En el arte y literatura occidental, cristianización

Los escritores cristianos de la antigüedad tardía buscaban desacreditar los dioses competidores de las religiones romanas y helenísticas, adoptando a veces abordajes evemeristas, no interpretándolos como deidades sino como gente glorificada mediante historias y prácticas de culto, no siendo realmente deidades dignas de culto. No obstante, los dioses infernales sostuvieron su capacidad, identificándose con el diablo y tratándose como fuerzas demoniacas por los apologistas cristianos.

Una fuente de la repulsión cristiana hacia los dioses ctónicos era la arena. Los ayudantes en traje divino, entre ellos «Plutón» que escoltaban los cuerpos que salían, eran una parte de las ceremonias de los juegos de gladiadores. Tertuliano llama a la figura con mazo normalmente reconocido con el Charun etrusco, «el hermano de Jove», es decir, Hades/Plutón/Dis, una indicación de que la distinción en medio de estos habitantes del inframundo se diluía en el contexto católico. Prudencio, en su polémica poética contra el tradicionalista espiritual Símaco, describe el ruedo como un espacio donde se cumplían los votos salvajes en un altar a Plutón (solvit ad aram/Plutonis fera vota) donde los gladiadores caídos eran sacrificios humanos a Dis y Charon recibía las ánimas como su pago, para delicia del Jove infernal (Iovis infernalis).

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