Baco

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Dios romano del vino y la viticultura, Baco era el portador de éxtasis y también inductor de estados furiosos como la imaginación y la devoción religiosa. También conocido como Eleutherios («liberador», en griego), Baco representaba los aspectos espontáneos y desenfrenados de la vida. Los romanos creían que Baco actuaba induciendo un estado de embriaguez en sus recipientes; este estado liberaba a los embriagados de las convenciones sociales y permitía novedosas formas de meditar y actuar.

La figura de Baco surgió de la mezcla de dos deidades diferentes: Dioniso, una deidad griega que prestó su mitología a Baco en el siglo II a.C., y Liber («El Libre»), un dios italiano del vino que más tarde aparecería como parte de la tríada «plebeya» del Aventino. En definitiva, la versión romana de Baco era un amante del jolgorio que obsequiaba vino y concedía la embriaguez a todo el que lo desease.

ETIMOLOGÍA

El nombre latino «Baco» desciende de la palabra griega Bakkhos, un epíteto del dios Dionisio. Esa palabra Bakkhos derivaba por su parte del término bakkheia, una palabra griega utilizada para describir el estado frenético y extático que el dios generaba en la multitud. Al apropiarse del nombre «Baco», los latinos demandaban un aspecto de Dionisio para su dios.

«Baco» asimismo podría estar relacionado con la palabra latina bacca, que significa «una baya» o «el fruto de un árbol o arbusto». En este contexto, esa palabra podría referirse a las uvas, el ingrediente clave del vino.

ATRIBUTOS

Dios del vino, gran juerguista y parangón de la embriaguez (entre otros títulos), Baco era la deidad que concedía a la raza humana los dones de la embriaguez y los estados perturbados. Controlaba el crecimiento de las vides y guiaba a los viticultores en el desarrollo de elaboración del vino.

A Baco se le representaba siempre como un hombre joven, normalmente imberbe y a menudo borracho. En ocasiones portaba un «thyrsus», un bastón herido de hiedra y cubierto de miel.

FAMILIA

En las tradiciones mitológicas que le cubren, Baco nació dos veces. Su primer padre fue Júpiter, y su primera madre fue Proserpina, la hija de Ceres que, como es sabido, fue raptada por Plutón. Después, Baco renació con el apoyo de Júpiter y Sémele, una mujer que a menudo se detalla como su segunda madre.

Como hijo de Júpiter, Baco estaba directamente relacionado con muchas deidades romanas. Entre sus tíos y tías estaban Ceres, Juno, Vesta, Plutón y Neptuno, al tiempo que entre sus hermanos estaban Mercurio, Vulcano, Minerva e inclusive su madre Proserpina.

MITOLOGÍA Y ORÍGENES

En la mitología romana, las historias de Baco no eran tan recurrentes ni tan ricas como las de Dionisio en las tradiciones griegas.

La mitología de Baco se enfoca en su nacimiento, muerte e improbable renacimiento a través de la figura de la mortal Sémele. El primer nacimiento se produjo de manera convencional para los dioses. Júpiter quedó prendado de Proserpina, que solía presentarse como la hija del gran rey de los dioses. Adoptando la forma de una serpiente, Júpiter se deslizó hasta el inframundo e hizo el amor con Proserpina. A lo largo de este encuentro, concibieron un hijo: Baco. En la tradición romana, esta primera encarnación del dios se llamaba Liber. Este aspecto era un reconocimiento al dios italiano del vino que los romanos adoraban antes de adoptar el culto a Dionisio.

Baco (o Liber) fue entre los primeros dioses romanos que lucharon en la pelea cataclísmica famosa como la Titanomaquia. Esta lucha encaró a los parientes de Júpiter con los defensores de este padre, Saturno. En entre las épicas batallas del enfrentamiento, Baco fue asesinado y su cuerpo despedazado. Con el corazón encogido, Júpiter recogió los restos de su hijo y puso el corazón destrozado de Baco en una poción. Júpiter le dio la mezcla a Sémele, la esposa mortal del rey de Tebas, que la bebió y quedó embarazada.

No obstante, antes que pudiese ofrecer a luz, Semele fue asesinada por la traición de Juno. La esposa de Júpiter, siempre y en todo momento celosa, logró captar Semele a fin de que deseara sexualmente a Júpiter. Una variante de este mito se encuentra en las Metamorfosis de Ovidio. En esta versión, Juno asimismo engañó a Sémele a fin de que desease a Júpiter. Sin embargo, cuando Júpiter vino a agradar a Sémele, la mortal no ha podido aguantar los abrazos del dios.

En el momento en que Sémele murió, Júpiter sacó al creciente Baco de su vientre y cosió al niño en su muslo, donde se alimentó a lo largo del resto de su avance. El bebé emergió algún tiempo después y fue criado en compañía de ninfas cerca del monte Nysa.

Baco se incorporó a la religión estatal romana con la adopción del culto mistérico a Dionisio (o el heleno Bakkhos) a finales del siglo III a.C. La iteración romana de Baco fue una consecuencia y reencarnación de Liber, un antiguo dios del vino de roma. Liber era un integrante de la Tríada Aventina, un trío de culto popular entre los romanos de baja situación popular. La desaparición y el renacimiento de Dionisio resultaron recomendables, ya que dejaron a los romanos explicar la expulsión de Liber y la importación de Baco de una forma que se ajustaba a la mitología establecida.

El primordial festival festejado en honor de Baco era la infame Bacchanalia. Aunque los detalles específicos que cubren a las Bacanales son escasos -en parte gracias a la carencia de fuentes, y en parte debido a las distorsiones de autores viejos como Livio, que escandalizaban los cultos báquicos-, se sabe que los festivales incluían la bebida, la juerga y el jolgorio, entre otras actividades. Los festivales de las bacanales acostumbraban a festejarse en el campo, lejos de la antinatural y rígida vida de la ciudad. Se festejaban versiones del festival varias ocasiones por año en el sur de Italia y, tras su conquista, en las zonas de Oriente Próximo y Grecia del Imperio De roma.

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