Odín

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Odín (Nórdico Antiguo: Óðinn) es el principal dios de la mitología Norteña, aunque asimismo está presente como Woden (en Inglés Anglosajón), Wodan (en Francés Viejo), y Wutan o Wuotan (en Alto Alemán Antiguo). Descrito como un adulto mayor de un ojo increíblemente sabio, Odín es por lejos quien mucho más variadas peculiaridades posee entre los dioses y no sólo es el hombre a quien llamar en el momento en que la guerra se preparaba, sino que asimismo es el dios de la poesía, de los muertos, las runas y la magia.

Siendo parte de la familia Æsir de los dioses, asistió a hacer el mundo, residiendo en Asgard (la fortaleza y hogar de los dioses), reuniendo guerreros caídos en guerra en el Valhalla («el salón de los caídos»), y ocasionalmente triturado a muerte por el lobo Fenrir en el Ragnarok «el destino final de los dioses» en el que el planeta es destruido.

Funcionalidades

Odín un viejo personaje originario de la mitología Nórdica, si bien como Jens Peter Schjødt nos señala, muchos académicos suponen que su alta situación en la jerarquía de los dioses podría haber sido añadida bastante más tarde. El papel de Odín como «Padre de todo» o padre de los dioses es un tema literario abordado en fuentes siguientes -supuestamente influidos por nombres cristianos a Dios- que a una real reflexión de su estatus en las sociedades de la Era Vikinga.

La poesía skaldic (Era Vikinga, poesía pre-cristiana en la mayoría de los casos oídas en cortes de reyes y sus séquitos), por poner un ejemplo, nombres como Balder, Thor, y Vali como hijos de Odín, al tiempo que bastante después en el Siglo XIII el autor islandés Snorri Sturluson también incluye a Heimdall, Týr, Bragi, Vidarr, y Hodr a la lista. Y si bien Odín se encontraba casado con Frigg, varios de estos hijos surgen de distintas mamás. Odín aparece como un mujeriego en varios de sus cuentos e inclusive alardeando de estos idilios, recordándonos de (y quizás inspirado por) Zeus de la mitología griega.

Más tangible es el rol de Odín como dios de guerra. A pesar de su apariencia desgarbada jamás fue representado como un guerrero (esa era mucho más bien la labor de Thor) pero era llamado a la guerra cuando esta era preparada para dar consejo y regalos particulares. En fuentes germánicas del sur y al oeste, era Odín quién decidía cuales peleas o guerreros serían victoriosos o cuales acabarían de formas poco afortunadas.

Odín tenía las Valkirias -guerreras supernaturales- quienes transportaban los cuerpos de los luchadores quienes habían sido liquidados en guerra a su particular paraíso el Valhalla; estos luchadores eran populares como los Einherjar y se convirtieron en la primera línea de combate contra las fuerzas invasoras del Inframundo a lo largo del Ragnarok. Es por este aspecto que guerreros individualmente se sentían atraídos hacia el culto de Odín, siendo estos entre los conjuntos mayoritarios en un culto primordialmente constituido de la elite: reyes, jefes y versistas.

El [Odín] es descrito cayendo en trances, tales como dejar su cuerpo atrás y viajar a través de su forma espiritual o la de un animal, y en variadas oportunidades teniendo visiones de sabiduría provocada por variados tipos de horribles vivencias.

Esta clase de adivinación calza muy bien con el rol de Odín como consejero y podría haber sido de mucho interés en los gobernantes de la Era Vikinga. La naturaleza de la magia de Odín, por otro lado, muchas veces lo realiza ver como un chamán, un aspecto que es reforzado por su función de dios sanador.

Atributos

Odín puede ser reconocido por su sombrero y cubierta, su larga barba, y su único ojo (recordándonos un poco a Gandalf del El Señor de los Anillos de Tolkien en este último aspecto). Su lanza Gungnir es uno de sus principales atributos y pareciese haber estado presente en las opiniones de la Era Vikinga, como fue insinuado por las pequeñas cabezas de lanzas en miniatura encontradas por todo el sur y centro de Suecia.

Otros atributos son el anillo Draupnir, el que gotea para mudar de forma a nuevos anillos cada nueve noches, y el caballo Sleipnir, el cual fue citado a inicios de la literatura Nórdica Vieja, teniendo un total de ocho patas. Así mismo, los dos cuervos de Odín Huginn («pensamiento») y Muninn («sabiduría») siendo estos elementos míticos muy antiguos y bien establecidos, probados por su aparición en sus ornamentos y runas encontradas en rocas antes de los años 800. Estos vuelan alrededor del mundo juntando noticias, y al regresar se sientan en los hombros de Odín para susurrar sus noticias en su oreja. La Edda Prosaica nos comunica de Odín:

Huginn y Muninn rondan cada día sobre la amplia tierra;
Temo que Huginn no ha de regresar, –
y al tiempo anhelo mucho más por Muninn (Gylfaginning, 38).

Debido a esto Odín es también conocido como «el dios cuervo». Si en algún momento has visto una batalla (o por lo menos una versión de una película) te darás cuenta que después que estas terminan, se hace claro como los cuervos de Odín se relacionan a su papel de dios de la guerra y su conexión con los muertos; la guerra se convierte no solo en un festín para los cuervos sino más bien también un festín para las aves de rapiña.

Otros atributos a Odín son las Valkirias -quienes eran probablemente representadas por pequeñas figuras femeninas a veces sosteniendo un cuerno de beber, indicando su culto a Odín- y sus lobos Geri y Freki. Él asimismo pudo haber estado relacionado con el águila y la serpiente, y su capacidad función como chamán significa que su bastón también es relevante.

Mitos que implican a Odín

Considerando que tan frágil nuestro conocimiento de la mitología Nórdica es comparada a como verdaderamente era la Era Vikinga, nuestras fuentes solo tienen tres dioses recurrentes en más de un solo mito; Odín es uno de ellos, junto a él Thor y Loki. Lo más posible es que solo tengamos las bases de las historias que la era pre-Cristiana Vikinga hubiese contado y creído sobre estos dioses. Ciertos extractos de estas bases son las siguientes:

Antes de la creación de todo el mundo, Buri el padre de los dioses apareció desde el hielo, y su hijo Borr y su hija-gigante Bestla engendraron a Odín y sus hermanos (usualmente llamados Vili y Vé). Los hermanos entonces liquidaron al proto-gigante Ymir y usaron su carne para hacer la tierra, su cráneo para conformar el cielo, sus huesos para las montañas y su sangre para formar el mar. Con una vivienda en lugar, ellos luego formaron a la primera pareja humana, Ask y Embla, de 2 árboles o piezas de madera.

El inmenso conocimiento de Odín es cortesía de la cabeza de Mímir (o también gracias a tomar de la cabeza de esta). Mímir fue un sabio asesor del cual Snorri Sturluson nos comunica de cómo los Vanir (la familia de dioses de la fertilidad) cortaron su cabeza y se la enviaron a Odín, quien con magia y hierbas sanadoras sostiene la cabeza de descomponerse y que de este modo logre contarle los misterios del «otro planeta».

Según Snorri, el valor que Odín tiene que pagar por ello es uno de sus ojos. Su potenciado conocimiento resurge en varios mitos (populares como la Edda Prosaica); en el Vafþrúðnismál Odín comienza una batalla de talento con el enorme Vafþrúðnir y lo vence, al paso que en el Grímnismál un Odín disfrazado es torturado y acaba revelando su riguroso conocimiento mítico al Rey Geirroðr.

Más aún, Snorri explica que las espléndidas habilidades poéticas de Odín se deben a que este había robado el hidromiel de los Skalds (los poetas) durmiendo con la enorme Gunnlǫð, la guardiana del hidromiel, por tres noches. Es por su complacencia hacia ella que es tolerado tomar tres sorbos, pero este simplemente bebé depletando los recipientes y transformándose en un águila abandona el lugar. Asimismo, conectado a la poesía, Odín gana el conocimiento de las runas, atribuido en el poema de Hávamál a un sacrificio personal:

Sé que colgué en un ventoso árbol
por nueve largas noches,
herido de una lanza, encargada de Odín,
de mí a mí mismo,
en ese árbol del que no hombre sabe dónde sus raíces empiezan.
(Hávamál, 138)

Su incontenible búsqueda por conocimiento es mostrado aquí en las medidas que toma para (muy deliberadamente- sacrificarse a sí mismo para sí) para desbloquear las runas; nueve noches colgando de una rama del Yggdrasil, el Árbol del Mundo, con una herida de lanza que lo dejó cerca de la muerte ahí y, sólo en ese instante, las runas fueron reveladas a él.

En el Ragnarok, la sabiduría y el poder de Odín son puestos a prueba. Catástrofes naturales que incluían un horrible invierno, al igual que Fenrir devorando el sol, presagian la llegada de las fuerzas del Inframundo, Heimdall hace sonar la alarma, la cabeza de Mímir es consultada y los dioses se refugian debajo del Yggdrasil para elegir qué hacer. Sin embargo, bien preparados, en el momento en que la guerra revienta Odín valerosamente se enfrenta a Fenrir, pero conoce su fin en las mandíbulas de la criatura, muriendo junto a varios dioses colegas quienes mueren frente enemigos pero que asimismo liquidan a varios en el proceso.

Culto a Odín

La creencia en Odín fue tan diversificada a través de todas y cada una de las zonas Germánicas y los paralelos entre él y el dios Indio Varuna son tan inequívocos que probablemente sus orígenes descansan considerablemente más atrás en la tradición Indo-Germánica. Ya era en la Era de Bronce en el momento en que existían rocas Suecas con grabados que representaban figuras de un dios manteniendo una lanza, quién con un poco de imaginación podría vincularlo a Odín, y que por cerca de los años 500 claramente muestra un rango de ornamentos al lado de pájaros y guerreros. Las imágenes de rocas de la Era Vikinga llevan esta tendencia y lo representan cabalgando hacia el Valhalla, entre otras muchas cosas.

No obstante, en el momento en que tomamos en cuenta su posterior estatus como líder en la Mitología nórdica, una evidencia real y tangible de un culto a Odín es bastante escaso. Sitios nombrados tras Odín -un indicador aceptable de prácticas de culto y popularidad- están absolutamente ausentes en Islandia entre el establecimiento y la llegada de la Cristiandad, y muy escasos en el sur de Noruega, aunque se muestran aquí y allí en el sur de Suecia y en Dinamarca. Thor, en contraste, birla todos los focos de atención y es mucho más visible en el contexto de culto que su padre. Afortunadamente, Rudolf Simek tiene una manera de aplacar nuestra confusión:

De todas y cada una de las formas, pareciera posible, que las fuentes literarias lo consideraran a él para tener una elevada situación desde su propio punto de vista estimando que no puede haber ninguna duda de que Odín era el dios de la poesía (y los versistas) y nuestras fuentes las que vienen de manera directa o indirectamente -desde la sistematización de Snorri- desde los Skalds de tiempos paganos, no sorprende que muestren una particular inclinación en favor a el dios de su oficio.

Así que, en lugar de tener un culto general a Odín como el dios primordial de la mitología Nórdica, hace mucho más sentido que fuera venerado en contextos concretos bajo concretos individuos -en la mayoría de los casos poetas, guerreros, jefes, y reyes. Espeluznantes sacrificios humanos, por poner un ejemplo, tendían a ser exclusivamente aplicados a Odín. De otro modo, en las opiniones de la Era Vikinga, él solo era un miembro mucho más.

Esto es visualmente representado en un enorme templo pagano de Old Uppsala en Suecia, asimismo; en el año 1070 Adam de Bremen escribió su primera visita a este lugar en donde una estatua de Thor se erguía prominentemente en el centro del salón, con Odín y Freyr a su lado, y que estos sacrificios eran hechos a Thor en el caso de hambruna, a Odín en tiempos de guerra y a Freyr en el caso de actividades relacionadas a las bodas.

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