Freyr

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Freyr (Nórdico viejo para “Señor”, en ocasiones derivado como Frey) es el principal dios de la fertilidad en la mitología Nórdica. Su conexión con las cosechas, el sol y la lluvia, la virilidad, las bodas, y su reinado sobre las riquezas le aseguró una esencial posición entre la sociedad agricultora de la Era Vikinga Escandinava (790-1100 d.C). Esto lo transformó en el dios mucho más sobresaliente de la familia Vanir (la otra familia siendo la Æsir). El vínculo de Frey con la fertilidad no es solo de naturaleza personal, sino también se encuentra muy conectado a las tierras y sus modelos, lo que nos asiste a argumentar pues hay una gran prueba en el culto hacia Frey.

Hijo de Njörd y hermano mellizo de Freyja, Frey eclipsa a sus dioses colegas Vanir en relación respecta a una amplia evidencia de un culto activo; varios sitios tienen su marca, y la devoción y sacrificios suenan poderosamente en lo que puede ser encontrado tanto en la literatura como en los registros arqueológicos singularmente pertinentes a territorios de Suecia. Con su nombre alterno Yngvi-Freyr incluso era visto como un mítico ancestro de la dinastía sueca de los Ynglings.

Frey estaba casado con la gigante -hija Gerðr con quien tuvo un hijo, Fjölnir y era celebremente acompañado por un jabalí (en ocasiones descrito con un jabalí dorada llamada Gullinborsti), también teniendo una barcaza muy útil, el Skíðblaðnir. Un dios mucho más polivalente de lo que se viese a primer aspecto, las capacidades de Freyr sobrepasan el dominio de la fertilidad y se extienden a la guerra; mitos describen su habilidad militar, y su muerte en la guerra con el enorme Surtr a lo largo del Ragnarok, el destino final de los dioses en donde el planeta conocido es destruido.

Familia

Freyr forma parte a los Vanir, un grupo de dioses de la fertilidad quienes son muy cercanos entre ellos, una unidad familiar -mucho más aún que la gran familia de los Æsir cuyos miembros están más bien conectados por medio de la guerra y el gobierno. Otro integrante adecuadamente atestiguado es su padre, Njörd quien gobierna el viento, el mar y las riquezas, asimismo así son su hermana melliza Freyja, quien es una experta en asuntos amorosos, del deseo y siguiendo el vínculo común, las riquezas.

La enorme -hija Skadi, quien es la mujer de Njörd, es usualmente vista como la madre de estos mellizos. En concordancia al poema de Grímnismál quien fue acercado a nosotros mediante la Edda Prosaica, Freyr vive en Alfheimr, el planeta de los elfos, entregado a él como un presente de los Æsir por la aparición de su primer diente.

Los Vanir eran probablemente no tan cercanos inicialmente, pero con sus vidas intrincadamente juntas, ya que se ha planeado que Freyja se inició como la mujer de Freyr en una relación de hermano-esposo. No obstante, la versión mucho más representada en el cuerpo de la mitología Norteña fué la de Freyja casada a Ódr, y el de Freyr “cortejando” pero de hecho amenazándola para que aceptara ser su mujer a la enorme Gerðr.

Esta historia ha sido registrada en el Skírnismál (“los estos de Skirnir”) siendo acercado a nosotros a través de la Edda Prosaica la cual fue compilada en los años 1270. pero que contiene material que data desde precisamente el Siglo X. Esta nos describe como Freyr se sitúa arriba del trono de Odín mirando el reino de los gigantes, Jötunheim en donde espía a Gerðr caminando en los jardines.

Es amor a primer aspecto y inmediatamente envía a su sirviente Skírnir hacia ella para solicitarle la mano, prestándole su caballo al igual que su espada. Skírnir va bien preparado y lleva objetos para ganar (o sobornarla): once manzanas doradas, el anillo de Odín, y un bastón. Pero la orgullosa Gerðr rechaza todos estos objetos, por lo que Skírnir empieza un monólogo que consiste en nada más que horribles amenazas, empezando con:

¿Ve usted doncella, esta afilada espada que en mis manos mantengo? De vuestra cabeza a vuestro cuello voy a deber de inmediato rajar si mi voluntad no debe de cumplir. (Skírnismál, 23)

Sin embargo, ella prosigue resistiéndose, su orgullo únicamente es roto cuando Skírnir decora el bastón de runas con poderes que pueden volverla ida, luego de esto ella al final le asegura a Freyr su amor. El trasfondo de este mucho más bien desconcertante relato es usualmente explicado más de la próxima manera:

Gerðr es vista como la diosa de la tierra, y su matrimonio con Freyr quien representa la fertilización de los cielos (o el sol) forma una boda sagrada, conocida en griego como hieros gamos, la que asegura la regeneración de la primavera en la tierra. Es incluso posible adentrarnos más allá y ver el mito de una forma política, como una analogía por la conquista de tierras.

Freyr y Gerðr son con seguridad productivos, teniendo a su hijo Fjölnir juntos. Se relata que Fjölnir pudo haber sido un legendario rey sueco -siguiendo la conexión de Yngvi-Freyr con la de los Ynglings- que estableció un ejemplar modelo: un relato que es probablemente tan viejo como el IX siglo y nos cuenta que su muerte se produjo cuando lamentablemente en su ebrio letargo tropezó con una jarra de aguamiel en un banquete.

Atributos

Freyr no está solo en sus ocupaciones como dios, sino que también tiene otros atributos que lo acompañan – mucho más generalmente el jabalí y la barcaza Skíðblaðnir (Nórdico antiguo para “partes ensambladas de madera”). Según el mitógrafo islandés Snorri Sturluson (1179-1241) – nuestra fuente mucho más fiable respecto a la mitología Norteña – el jabalí que acompaña a Freyr tiene por nombre Gullinborsti “quien posee pelos dorados”, era quien empujaba su carruaje y era capaz de correr por el aire y el agua mejor que cualquier caballo y nunca se volvía tan negro como la noche o como la penumbra de las turbias regiones que no poseían suficiente luz hacia donde él viajaba, tal era el resplandor de su melena y sus pelos. (Skáldskaparmál, 35).

De acuerdo a Snorri, Freyr incluso monta de forma directa este jabalí a la cremación del dios Balder. Aunque los rasgos de este súper jabalí son presumiblemente cortesía de la imaginación de Snorri, el vínculo del jabalí tiene probablemente un origen antiguo. Los cerdos salvajes eran sacrificados en el sonarblót o el sacrificio del jabalí, el que era efectuado como una bendición a la cosecha desde hacía tiempos viejos, y asimismo como símbolos de fertilidad, los jabalíes calzaban perfectamente con los Vanir generalmente.

Más aún, ya en el año 986 el poeta islandés Úlfr Uggason conecto al jabalí de manera directa con Freyr en el poema de Hávamál, aun mentando sus dorados cabellos. En Suecia, el jabalí fue adoptado por los reyes Ynglinga hasta el punto que tuvieron una joya de la corona relacionada con él: el anillo de Svíagríss “el jabalí de los suecos”. No obstante, el jabalí que acompaña a Freyr no hace aparición muy con frecuencia en las fuentes literarias.

La barcaza Skíðblaðnir de la misma forma ha sido pensada de origen viejo, desde que el andar fue parte del dominio de los Vanir – en especial de Njord. Fue ejemplarmente construida por enanos siendo impregnada de hábiles poderes: todos y cada uno de los Æsir y sus armas eran capaces de caber en ella, siempre acompañada por un viento favorable, e incluso puede ser convenientemente plegada como una servilleta y guardada en un bolsillo.

Una piedra angular de la mitología Germánica, HR. Ellis Davidson, asimismo incluye el caballo como un atributo tanto de Freyr como de su hermana Freyja. Por último, nuestra última fuente literario nos indica que la hoz podría ser otro de los atributos de Freyr, como estos eran generalmente unidos a anillos o atentos y eran obviamente vinculados a la agricultura.

Función en la sociedad

La función principal de Freyr como un dios nórdico se encuentra en su predominación sobre la fertilidad. Snorri Sturluson lo detalla de la próxima forma:

Freyr es el mucho más noble de los dioses; él rige sobre la lluvia y la luz del sol y así sobre la producción de la tierra; es bueno llamar su nombre para buenas cosechas y para la paz; el protege sobre la prosperidad de la raza humana. (Gylfaginning, 23).

A lo largo de la Era Vikinga, Escandinavia y otras áreas bajo el dominio Vikingo dependían en gran parte del cultivo, así que la devoción a los dioses de la fertilidad como Freyr para fomentar los cultivos en la dirección correcta no es asombroso. Altos desempeños deberían impulsar la riqueza, que es otro de los dominios de Freyr. A una parte del lado agricultural de la fertilidad, Freyr está conectado con el lado humano, siendo invocado cuando las bodas eran celebradas y también teniendo un papel en ámbitos de la virilidad. Representando esta concreta faceta de la sociedad -en contraste a Odín, quien era esencial para los mandatarios, guerreros y poetas – Freyr era terminantemente un dios esencial en la Era Vikinga Escandinava.

Sin embargo, Freyr tenía otras características las que brindaban versatilidad a su figura, y quizás incluso a su función. No satisfecho descansando en sus rebosantes campos, tampoco está en oposición a manchar sus manos en la batalla: La Edda Prosaica (compuesta en 1220 por Snorri Sturluson) nos relata cómo Freyr liquida al enorme Beli con un cuerno de un ciervo, su espada aún en posesión de su sirviente Skírnir, y de qué manera en el Ragnarok lucha contra el gigante Surtr y pierde en lo que quizás no fue el movimiento más capaz considerando que aún no tenía su espada.

No obstante, otros textos dan testimonio de sus capacidades militares, llamándolo el “mariscal de campo de los dioses” (Skírnismál 3), “experto en batalla” y el gobernante de los ejércitos (Húsdrapa), “asegurador de los Æsir” (Lokasenna 35), atribuyéndole un caballo llamado “Bloodyhoof” y describiéndolo como entre los “jinetes mucho más valientes” (Lokasenna 37). Aunque esto es difícilmente una asociación directa con la guerra como si lo era con relación a los dioses Odín y Thor, WP. Reeves discute que Freyr “no era sencillamente el dios de la fertilidad de una población de granjeros, sino que poseía todos los prerrequisitos para ser un rey ideal: virilidad, habilidad militar, y riqueza, los atributos también eran requisitos para obtener y sostener un reinado”. Teniendo en cuenta el estatus de Freyr como un antepasado de la dinastía sueca de los Ynglings, esto no podría ser muy alejado de la realidad.

Culto a Freyr

Con una función conectada a las pretensiones básicas de una sociedad no es asombroso que existan grandes evidencias de un culto a Freyr. Una manera de desenterrar estos potenciales cultos de ciertas deidades es viendo a los lugares que poseen los nombres de estos dioses, lo cual comúnmente nos indica dónde los cultos han sido practicados. Para Freyr, lugares como Fröslunda (“el bosque dedicado al dios Freyr”), Freysaker, Freysland, Freyshof, y Freyslundr (todos ellos conteniendo expresiones relacionadas a los campos, prados, etcétera.) muestran una distribución concentrada en su mayoría en Noruega y Suecia, aunque Franeker en los Países Bajos revela una mayor predominación de Freyr en las raíces Germánicas.

Sacrificios a Freyr son populares por la literatura. Por servirnos de un ejemplo, está el previamente citado sonarblót (“sacrificio de Sonar”) en el cual un jabalí conocido como sonargöltr (“el jabalí de sacrificio”) era sacrificado a Freyr para garantizar buenas cosechas. El poema Helgakviða Hjörvarðssonar y la saga de Hervarar saga ok Heiðreks describen como en la tarde de Yule, pusieron las manos en la espalda de este jabalí mientras que se hacía un juramento, y luego de esto lo mataron.

La Heimskringla se vuelve un poco más cruenta en sus descripciones de los festejos de sacrificio en Trøndelag, Noruega, en el Siglo X. Animales, mayoritariamente caballos y cerdos eran muertos y cocinados mientras su sangre se vertía en las paredes y en los ídolos, y los competidores tomaban cerveza sagrada y comían la carne celebrando a Odín, Njord y Freyr para ganarse el favor de estos.

Otro sacrificio relacionado a Frey es el Frøsblot (“El sacrificio de Frø”, siendo Frø otro nombre para Freyr) registrado por Saxo Grammaticus, un académico danés quien vivió en los años 1150-1220. En Uppsala, Suecia, diríase que cierto Haddingus instituyó un sacrificio de forma anual a Freyr – el Frøsblot- como una forma de expiación al dios, algo aparentemente relacionado al enorme sacrificio en Uppsala que supuestamente habría ocurrido cada nueve años.

En verdad, pudo haber existido un templo en Uppsala, como argumenta un famoso relato -basado en rumores pero que usualmente eran considerados moderadamente auténticos – el escrito por Adam de Bremen 1070. Adam escribe de un gran templo dorado con estatuas de Thor, Odín y Fricco (homónimo de Freyr), el último adornado con un «enorme falo» (4). Cada nueve años, los hombres, los caballos y los perros eran supuestamente sacrificados, sus cuerpos colgando desde árboles en el bosque sagrado. El registro arqueológico no apoya la existencia de un templo, sin embargo, se han encontrado construcciones con enormes salones que datan desde el Siglo III y X. Como A. Hultgård enseña:

Lo que no puede ser puesto en duda. es la importancia del festival de Uppsala como una manifestación religiosa y política, la existencia de un bosque sagrado y una edificación para rituales, comidas comunitarias, y probablemente de un salón (triclinium). Ciertos detalles reportados por Adam pareciesen provenir de una tradición auténtica. Era costumbre recitar variadas canciones durante los rituales de ofrecimiento y algunas de ellas eran probablemente referidas al dios Freyr quien, según Adam, era invocado para la fertilidad y bodas. (Brink and Price, 2016)

La devoción a Freyr asimismo se extendió a través del mar, en tanto que fuentes históricas islandesas no solamente nos entregan juramentos que lo implican (“ayúdame Freyr, Njord y hinn almáttki áss”, significando todopoderoso dios) sino reiteradamente relata a hombres como Freysgoði o los curas de Freyr.

Las pistas dadas por los nombres de los sitios y la extensa literatura, en grupo a una aparente actividad de culto y devoción a Freyr reciben un respaldo del registro arqueológico; artefactos que fueron encontrados recurrentemente son atribuidos a Freyr. El mucho más difícil de ignorar es la estatua de bronce de Rällinge, Suecia, en el cual la manera de un hombre con barba sentado de piernas cruzadas presenta un falo erecto.

Otros artefactos son pequeñas imágenes en láminas de oro encontradas en Escandinavia que podrían representar al beato matrimonio entre Freyr y Gerðr, tal como asimismo pequeñas miniaturas de hoces (un posible atributo de Freyr) y pendientes o anillos enchapados como instrumentos para hacer fuego, pensados en vinculación a sus cultos de fertilidad. Considerando todo lo mencionado, Freyr finalmente pareciese ser un apreciado dios con quien tener una línea directa.

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