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De acuerdo a mitología griega, Sileno es el dios del vino y la embriaguez, según la mitología de dioses helenos, se considera hijo de Hermes exactamente la misma todos los sátiros, sin embargo hay otras opiniones donde se hace mención que es hijo de Pan con una ninfa o con Gea, se caracteriza por su amor por el alcohol y al mismo tiempo tener poderes para poder ver el pasado y el futuro, aunque no era apasionado de semejantes capacidades, solo lo hacía mientras se encontraba ebrio o era obligado por otros.
El origen de los Silenos
Sileno era realmente un hipotanes, significa, mitad humano mitad caballo. Tuvo varios hijos con distintas ninfas, tres de ellos son Marón, Leneo y Astreo, llamados los Silenos. Según algunas versiones estos habrían sido lo pares de todos los sátiros, siendo Sileno el abuelo de todos y cada uno de los Sátiros.
Dicen asimismo que Sileno fue el padre de:
- Melias de folo, entre los centauros.
- Dolion, que vivía en Ascania.
Iconografía y Representación
Este Dios figuraba como una criatura corpulenta con una nariz pequeña y ancha, se catalogaba como un viejo de cuerpo rechoncho, suele representarse con cola y orejas de caballo, montando un burro o sobre los hombros de un grupo de sátiros tal y como si lo ayudasen en una de sus usuales borracheras. A pesar del amor que tiene por la bebida se considera un ser de gran sabiduría.
El interés del rey Midas sobre Sileno
Se conoció que el rey Midas estaba ansioso por tener las capacidades de sileno de la adivinación, logró atraparlo mientras que se encontraba borracho, sus sirvientes lo llevaron al palacio de Midas donde este lo recibe de manera calurosa, no obstante las profecías de Sileno eran casi siempre fatalistas, distribuyendo la filosofía que para el hombre es mejor estar muerto que vivo, después de esto vuelve con Dionisio quien fuera su hijo putativo durante su infancia.
Dionisio complacido le concede al rey Midas un deseo, exactamente el mismo pidió convertir en oro todo cuanto tocase.
Sileno y los cíclopes
Sileno en defensa de Dionisio persigue a unos piratas por el mar, una tormenta lo desvía hacia una isla donde habitaba polifémo, uno de los cíclopes, allí lo apresaron transformándolo en un sirviente hasta el momento en que llegó Odiseo y logra cegar a polifémo, aprovechando esta oportunidad para escapar. Esta historia puede verse representada en la versión teatral de la Odisea de Homero.