Atenea

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La sagaz Atenea era entre las 12 primordiales deidades olímpicas y la diosa socia a la sabiduría, la artesanía y la guerra. En la guerra -donde se la representaba con más continuidad-, Atenea encarnaba la racionalidad, la táctica y la estrategia. La fría lógica de Atenea contrastaba de forma directa con la ira, la violencia y la impulsividad de su hermano Ares.

Aunque Atenea era extensamente venerada en el mundo entero heleno, su culto era especialmente fuerte en Atenas, el centro intelectual de los helenos. Allí se conmemoraba a la diosa mediante la construcción de múltiples edificios públicos, entre ellos el popular Partenón. Su prominencia en Atenas y en otros sitios recomienda que las peculiaridades de sabiduría, previsión y racionalidad eran muy valoradas por el pueblo heleno.

ETIMOLOGÍA

Los investigadores han debatido el origen del nombre «Atenea» desde la época de Platón; su diálogo Cratylus contenía una rara y larga discusión sobre la historia del nombre. Hablando mediante la figura de Sócrates, Platón atribuyó el origen del nombre a Homero, que lo había improvisado a partir de las palabras griegas nous («mente») y dianoia («inteligencia «). Como ha dicho Platón: «El hacedor de nombres [Homero] parece haber tenido una noción singular sobre ella, y en verdad la llama por un título aún mucho más alto, \’sabiduría divina\’ (theou noēsis)».

Aunque la discusión de Platón sobre Homero da alguna iniciativa sobre la estimada reputación de Atenea, esta explicación de su nombre es casi ciertamente incorrecta. Según las mejores pruebas libres, el nombre «Atenea» está relacionado con Athēnai, el nombre heleno de Atenas.

En una suerte de dilema del huevo o la gallina, los investigadores han debatido si la ciudad fue nombrada por la diosa o la diosa por la localidad ; sin embargo, en la actualidad se cree normalmente que la diosa Atenea tomó su nombre de Atenas. Probablemente por este motivo, la diosa no posee un nombre individual en los primeros textos de la vieja Grecia (inscripciones micénicas de la Edad del Bronce), en los que se la llama sencillamente a-ta-na po-ti-ni-ja-«Señora» o «Quiere de Atenas».

Esta forma de nombrar no era infrecuente entre los antiguos politeístas, que de manera frecuente nombraban a las divinidades según los sitios con los que se las asociaba más generalmente. Por desgracia, el origen de la palabra Athēnai está rodeado de misterio: la raíz no es ni griega ni indoeuropea. Por consiguiente, el concepto del nombre «Atenea» prosigue sin estar claro.

EPÍTETOS

A Atenea se la llamaba de muchas maneras. Quizás su epíteto más común (que en ocasiones funcionaba como nombre alterno ) era Palas. Los orígenes de este título son antiguos y oscuros y se entremezclaron bastante con el mito de Atenea (véase mucho más adelante).

Otros títulos esenciales de Atenea eran Parthenos («virgen»), Promachos («la que pelea en el frente») y Erganē («de los oficios»). En Atenas, la ciudad con la que estaba mucho más íntimamente relacionada, Atenea acostumbraba a llamarse sencillamente «la diosa».

En la literatura, entre los epítetos más frecuentes de Atenea era Glaukōpis, que suele traducirse como «de ojos refulgentes » o «de ojos grises» (Glaukōpis proviene de las expresiones griegas para «cara» y «búho», el pájaro de Atenea). A Atenea asimismo se la llamaba habitualmente Tritogeneia (que probablemente significa «nacida de Tritón»), un nombre que puede indicar que en ciertas primeras ediciones de su mito el dios del mar Tritón era su padre o padre adoptivo.

ATRIBUTOS

En el arte, Atenea era representada con frecuencia con una armadura completa. La cabeza de Medusa casi siempre formaba parte de esta armadura, expuesta en el peto de Atenea o en su escudo, la égida. De esta manera, vestida para la guerra, Atenea podía ser vista en compañía de los héroes que amaba y apoyaba.

Asimismo se la representaba en compañía de olivos y búhos. En verdad, Atenea se asociaba mucho más comúnmente con el búho capaz y de ojos agudos (esta es probablemente la base del epíteto de Atenea Glaukōpis, explicado previamente).

FAMILIA

Según las mitologías mucho más populares que la rodean, Atenea nació (o, quizás mucho más exactamente, brotó) de la unión de Zeus y su primera mujer, Metis. Fue su única hija.

Poco una vez que Metis se quedara embarazada, Zeus escuchó una profecía que pronosticaba su caída a manos de su propio hijo. Miedoso de su inminente perdición, Zeus se tragó a Metis y a su hijo, al igual que su padre, Cronos, se había tragado a los hermanos y hermanas de Zeus: Cementerio, Hades, Hera, Hestia y Poseidón.

Sin embargo, el niño dentro de Metis no se negaría. Un día, Atenea brotó de repente de la frente de Zeus. Estaba totalmente crecida, armada con una lanza y vestida con su armadura de batalla. Ciertos cuentos muestran a Hefesto, Prometeo u otra figura mítica haciendo de comadrona, abriendo la cabeza de Zeus con un hacha. Este instante se representaba frecuentemente en el arte antiguo y fué objeto de proyectos más recientes.

Pese al duro comienzo de su relación con Zeus, Atenea pronto se convirtió en su hija favorita. De forma frecuente proporcionaba a su padre sabios consejos y consejos que asistieron al Olimpo a sobrepasar muchas adversidades. Como diosa virgen, Atenea nunca se casó, ni tuvo amante, ni hijos.

MITOLOGÍA Y ORÍGENES

La mitología griega, en especial la que rodea la fundación y la crónica de Atenas, es rica en historias de Atenea. Si bien algunas figuras de la época micénica se asemejaban a Atenea en sus atributos fundamentales, las concepciones tradicionales de Atenea evolucionaron a lo largo del periodo de tiempo tradicional heleno (490-323 aC). Posteriormente, los romanos la veneraron como la deidad Minerva. Su longevidad entre los helenos y los pueblos helenizados sugiere que admiraban bastante las cualidades de sabiduría, perspicacia y previsión con las que se asociaba a Atenea.

La crónica de cómo Atenea adquirió el nombre agregada de Palas ahora se perdió en la antigüedad; sin embargo, los helenos inventaron mitos para argumentar el doble nombre de Atenea. Hubo múltiples versiones de este mito etiológico (es decir, explicativo).

En una versión, Zapas era una amiga íntima de la niñez de Atenea. Un día, mientras jugaban, Atenea mató a Zapas por incidente. A ella se le rompió el corazón. Para honrar a su amiga muerta, tomó el nombre de Palas para sí misma. Asimismo talló una imagen de madera de Zapas, llamada Paladio, que se afirmaba que garantizaba la invencibilidad de la región que la tenía (en múltiples tradiciones, se decía que el Paladio se encontraba en Troya o incluso en Roma).

Otra versión, Zapas era entre los gigantes contra los que luchaban los olímpicos en la Gigantomaquia. Tras matar a Pallas en el combate, Atenea lo desolló y usó su piel invulnerable como armadura.

En otra versión (aún mucho más obscura) de la historia, el Palas en cuestión no era un gigante, sino el propio padre de Atenea (en esta tradición, aparentemente, Atenea no era hija de Zeus). Cuando Pallas intentó violar a Atenea, ésta lo mató y desolló.

ATENEA Y LA FUNDACION DE ATENAS

Un hilo conductor de los mitos de Atenea era cómo llegó a ser la patrona de la ciudad de Atenas. Un mito asegura que ella y Poseidón compitieron por el honor en los primeros días de la polis. Las dos deidades decidieron conceder un regalo a los atenienses y acordaron que un juez seleccionara el mejor (las fuentes no coinciden en la identidad del juez o jueces: algunos aseguran que fue el rey de Atenas, otros que fueron los dioses olímpicos).

En la mayor parte de las versiones, Poseidón clavó su tridente en el suelo, desatando un torrente de agua salobre como obsequio. En las versiones romanas, trajo los primeros caballos a los atenienses. Atenea, por su lado, ofreció el primer olivo. Las aceitunas se convirtieron de forma rápida en un alimento básico de la dieta ateniense, y nuestro árbol se convirtió en la base del éxito económico de la región en forma de lucrativas exportaciones de aceite. Atenea fue elegida como ganadora, inaugurando de este modo una relación durable entre la deidad y la ciudad. Poseidón, enfadado por haber perdido, anegó gran parte de la zona circundante del Ática.

Famosa como Atenea Parthenos («virgen»), evitó los embrollos eróticos y las polémicas sexuales que atrapaban a el resto dioses y diosas. Sin embargo, había una importante excepción a esta regla, que se fundamentaba en la reputación de Atenea como creadora y protectora de Atenas.

Había dos grandes ediciones de este mito. En una de ellas, Hefesto intentó violar a Atenea, pero ella se apartó de su atacante, haciendo que éste eyaculase en su muslo. Atenea limpió su semilla con un mechón de lana y lo arrojó al suelo. Esta acción empapó a Gea, la diosa de la tierra, que dio vida a Eritonio, entre los primeros y legendarios mandatarios de Atenas. Erichthonius también se convertiría en entre las figuras centrales de los festivales atenienses que celebran los orígenes de la región.

En otra versión de esta historia, Hefesto, reclamando su privilegio como comadrón con hacha de Atenea, persuadió a Zeus a fin de que permitiera un matrimonio entre Atenea y él. Aunque se casaron, Atenea se alejó del lecho matrimonial y dejó que Hefesto eyaculase en el suelo. Exactamente la misma en la otra versión de este mito, su semilla empapó a Gea y dio lugar a la concepción de Erichthonius.

A partir de aquí, la historia zigzaguea en direcciones inopinadas. Una vez nacido Erictonio, Atenea lo puso en un cofre y se lo confió a las tres hijas de Cecrops -Herse, Pandrosus y Aglaurus- diciéndoles que no mirasen dentro. En el momento en que la curiosidad se apoderó de ellas, las hermanas abrieron el recipiente y hallaron una serpiente arroscada.

Otras historias aseveraban que había un niño custodiado por una serpiente en el cofre, o que las piernas del niño se habían transformado en la cola de una serpiente. Más tarde, las hermanas fueron atacadas y asesinadas por la serpiente o, en otras versiones, se volvieron locas por la horrible visión y se arrojaron desde la Acrópolis, la fortaleza de la colina de Atenas.

En las representaciones artísticas, Atenea aparecía en ocasiones junto a la serpiente. La historia de historia legendaria próximamente estableció a esta serpiente como protectora de Atenas.

DIOSES EQUIVALENTES A ATENEA

El nombre de Atenea se translitera en ocasiones como Atenea [uh-THEE-nee] en lugar de Atenea. Los antiguos griegos también llamaban a la diosa Palas Atenea o sencillamente Zapas. Su análoga romana era Minerva.

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